20 ENE. 2018 El documental saharaui que quiere ser silenciado El grupo mediático Equipe Media de Sahara Occidental y el colectivo cinematográfico sueco RåFilm unieron sus esfuerzos para rodar el cortometraje documental «Tres cámaras robadas», un proyecto que está siendo boicoteado por las autoridades marroquíes. Koldo LANDALUZE donostia El empeño que están demostrando el grupo mediático Equipe Media de Sahara Occidental y el colectivo cinematográfico sueco RåFilm está posibilitando que el cortometraje documental “Tres cámaras robadas” eluda las constantes amenazas de censura que padece. Este trabajo, de 17 minutos de duración, aporta una mirada cercana al Sahara Occidental bajo la ocupación marroquí. Las cámaras de Equipe Media han captado las protestas y recopilan testimonios sobre los constantes ataques a los derechos humanos que padecen los saharauis a manos de la policía marroquí. La idea de este proyecto surgió hace cuatro años, cuando RåFilm y Equipe Media se pusieron en contacto a través de una red solidaria local de Sahara Occidental y, poco después del estreno del documental palestino “Cinco cámaras rotas“, que fue nominado al Óscar en 2013. Pese a las amenazas de censura y las dificultades para financiarlo, “Tres cámaras robadas” logró ser estrenado en el festival de cine documental DOK de Leipzig en noviembre de 2017. Anna-Klara Åhrén, codirectora sueca del proyecto, ha revelado a Citizen Report que «por tratarse de una producción de un grupo mediático activista que desafía la narrativa del Gobierno marroquí sobre Sahara Occidental, el equipo de ‘Tres cámaras robadas’ se vio inmerso en una trampa propagandística, donde el periodismo alternativo de Equipe Media y otras contranarrativas, sufrieron las consecuencias del bloqueo informativo marroquí. A veces, los financiadores del documental solicitaban que RåFilm tomara el control total, como si esperaran que lo convirtiéramos en algo más artístico y menos político. Para mí, era imposible hacer eso con un material tan poderoso como este». La realizadora también ha recordado uno de los episodios más tristes de esta experiencia el cual tuvo lugar en octubre de 2017, cuando tras ser anunciado su estreno en el Festival Internacional de Cine de Beirut, la organización del certamen pidió a los representantes de Equipe Media que no asistieran por temor a una respuesta negativa por parte de las autoridades. Finalmente, dos días antes de su proyección oficial, el festival anunció que el filme no había pasado la censura libanesa, lo que impedía su proyección. Åhrén recuerda que «la censura en el Líbano solo sirvió para aumentar la intriga del público en torno al documental. Poco después del incidente, 20 festivales de cine internacionales firmaron una petición en protesta contra la censura de ‘Tres cámaras robadas’».