GARA Euskal Herriko egunkaria

Ertzainas defienden la instrucción del «caso De Miguel» que cuestiona la defensa


Los primeros ertzainas que declararon ayer como testigos en el juicio por el «caso De Miguel»&flexSpace;defendieron el procedimiento empleado en los registros de las empresas y viviendas de los principales investigados en este proceso, intervenciones cuestionadas por la defensa aludiendo a extralimitaciones y errores.

La Audiencia Provincial de Araba reanudó la vista oral, en la que se juzga a 26 personas, entre ellas el ex número dos del PNV de Araba, Alfredo de Miguel, y otros exdirigentes jeltzales, por una supuesta trama de corrupción vinculada a la adjudicación de contratos públicos. Se piden penas de entre 4 y 54 años de cárcel.

En esta nueva fase, ayer declararon cinco ertzainas que intervinieron en las detenciones y registros del 17 de marzo de 2010, fecha en la que se arrestó a De Miguel y a otros siete investigados. Estos agentes intervinieron en los registros de la sede oficial de Kataia, una de las empresas empleadas para las operaciones de la trama, y de los domicilios particulares de Alfredo de Miguel y del también exdirigente del PNV Aitor Telleria.

Las defensas de Telleria y De Miguel cuestionan la forma en que se efectuaron los registros y la incautación del material informático, tratando de plantear dudas sobre la posible extralimitación de la Ertzaintza a la hora de ocupar algunos ordenadores y discos duros, así como sobre una eventual ruptura de la cadena de custodia.

«Como todo el mundo conoce, actualmente toda la contabilidad se mantiene en soporte informático; y como no lo podíamos ver allí [el contenido de los ordenadores y memorias], se ocupó, se precintó y se llevó al juzgado para verificarlo luego», explicó un ertzaina. Otro trajo a colación que este es el procedimiento habitual.

Sobre la alegación de ruptura de cadena de custodia, los agentes precisaron que los equipos recogidos en los registros se embolsaron y precintaron antes de ser enviados a dependencias judiciales para, una vez allí, iniciar la búsqueda de los datos que contenían y, en su caso, la recuperación de archivos que pudieran haber sido borrados.