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MENTES BRILLANTES

Los sacrificios de dos estudiantes de medicina


Sabido es que la carrera de medicina tiene sus especialidades, pero Thomas Lilti es el primero que se ha doctorado como en la rama de médico-cineasta. Todas sus películas tratan sobre su otra profesión, desde que se diera a conocer con “Hipócrates” (2014), cuyo éxito le ha llevado a hacer la correspondiente serie de televisión homónima “Hippocrate” (2018). Y reincide en el tema, porque después de su segundo largometraje “Un doctor en la campiña” (2016), ha querido que el tercero sea una precuela del primero, donde seguía los pasos de un joven doctor en prácticas.

Hay que olvidarse del título de la versión doblada al castellano y centrarse en el de laversión original, que hace referencia al primer año en los estudios de medicina. Los comienzos son los más difíciles, habida cuenta de las duras y masificadas pruebas de acceso, y a que sin un sobresaliente en el bachillerato las posibilidades de entrar en la facultad son mínimas. Además está el contencioso de los númerus clausus, que el presidente Macron ha prometido revisar. La amistad entre los compañeros de estudios interpretados por Vincent Lacoste y William Lebghil será puesta a prueba.