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Macron avala «la amplia sintonía» sobre un proceso que exige avances

Los electos que compartieron el ágape con el presidente francés anteayer pusieron sobre el mantel la situación de los presos, y Emmanuel Macron no eludió la cuestión en la rueda de prensa con que cerró la parte oficial de su visita a Biarritz. Su actitud causó, en general, buena impresión a los agentes vascos. EH Bai valora su compromiso de «apoyar desde el Estado» el proceso de resolución, pero advierte de que «es hora de pasar a los hechos».


«Es la primera vez que escuchamos de boca de un presidente francés un reconocimiento hacia la vía que permitió completar el desarme, y en general el fin de ETA, y además expresar un compromiso de contribuir, desde el Estado, al proceso de resolución», manifestó ayer a GARA la portavoz de Euskal Herria Bai, Anita Lopepe.

Durante su visita de cinco horas a la ciudad donde se reunirá, entre el 24 y 26 de agosto próximos, la cumbre anual del G7, Macron no pudo esquivar la agenda vasca, y escuchó primero y se pronunció después sobre cuestiones candentes como la detención de Josu Urrutikoetxea, el diálogo abierto en París por una delegación vasca en relación a los presos o el euskara.

De hecho, fuentes cercanas a esa delegación remarcaban a este diario la importancia de ese timing. Algo en lo que coincidía, a su vez, la portavoz de EH Bai.

Fue, efectivamente, después de escuchar las reflexiones de electos vascos, de diferentes ideologías pero con el denominador común de su compromiso con el proceso de resolución, cuando el inquilino del Elíseo tomó la palabra, y en respuesta a las preguntas de los periodistas, puso en valor el modelo vasco de desarme, remarcando la implicación de los electos y otros agentes locales.

En esa comparecencia vespertina, desarrollada en el palacio de congresos Bellevue (sede principal de la reunión del G7 pero también escenario cedido por la Alcaldía a Bake Bidea y Artesanos de la Paz, organizadores del encuentro sobre convivencia, que tendrá lugar el 7 de junio), Emmanuel Macron defendió el camino andado, también sobre los presos, y en este punto anticipó que «seguiremos dando pasos».

«Sabemos que Macron escuchó, por boca de electos de distintas sensibilidades, mensajes que confirman la gran sintonía que, gracias al trabajo en común, se ha construído en Ipar Euskal Herria en relación al proceso. Y en mi opinión, sus palabras tienen mucho que ver con lo escuchado, y vienen a avalar esa sintonía», expresó Lopepe.

«Por primera vez»

Entre los invitados al almuerzo con Macron estaba la senadora Frédérique Espagnac, quien también empleó la expresión «por primera vez» para referirse a lo dicho y escuchado de Macron. En este sentido, valoró que el presidente galo escuchó a los electos, pero también empatizó con el mensaje. Sin entrar en detalles, dijo que Macron mostró su disposición a «hacer algún gesto» en relación al proceso.

En la comida, el diputado de la mayoría presidencial, el exalcalde de Kanbo, Vincent Bru, y el presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Etchegaray, emplearon su turno de intervención para evocar, con detalle, la situación de los presos. Hizo alusión expresa al caso de Jakes Esnal, Xistor Haranburu y Ion Kepa Parot, que se dirigen ya hacia los 30 años de encarcelamiento (un límite que sólo podrían eludir con una libertad condicional o con una gracia presidencial, ya que su dossier está desde hace meses sobre la mesa del presidente).

No aludió a esa cuestión Macron, que divagó aquí sobre su falta de competencia para «amnistiar por delitos o condenas en España». Incluyó en esta situación a Josu Urrutikoetxea, que ciertamente tiene condenas pendientes en Francia, pero no en España: el Tribunal Supremo español acordó su excarcelación en 2000 por causa juzgada.

Justicia transicional

La portavoz de EH Bai remarcaba, al respecto, la «incoherencia» de reivindicar el modelo vasco de desarme y prometer respaldo al proceso de paz a la vez que se aplica «una lógica vieja en relación a este caso, sin tener en cuenta que, al menos en Ipar Euskal Herria, existe una sintonía amplia en que deben aplicarse principios de justicia transicional y no repetir los esquemas del pasado».

Tanto Bake Bidea como Artesanos de la Paz han venido insistiendo en sus últimas comparacencias públicas en que «se ha agotado el tiempo de las voluntades y estamos en la fase en que lo que cuentan son los hechos». En esta línea, Mixel Berhokoirigoin llegó a cuestionar públicamente, el martes, por las «implicaciones para el proceso de paz» del mantenimiento de una política «que lleva a los presos a tener como única perspectiva terminar sus días en prisión». Se refería así a las cadenas perpetuas que pesan sobre Parot, Esnal y Haranburu.

«No sobre el motivo oficial de la visita, que fue visitar las sedes de la reunión del G7, rechazada por amplios sectores, pero sí sobre otras cuestiones, vimos a un Macron más abierto, pero coincido en que lo que valen son los hechos», resumía la portavoz de EH Bai.

Macron reivindicó en Biarritz el «trabajo fino» llevado a cabo por su ministra de Justicia, Nicole Belloubet, «para arreglar las cosas, en relación con los electos, las familias de las víctimas y de los presos, facilitando los acercamientos, de manera calmada, yo diría que técnica». Y dejo el mensaje de que «vamos a seguir trabajando así».

Con la mitad del colectivo en el Estado francés ya en Lannemezan y Mont-de-Marsan, quedan 17 presos vascos por ser acercados a Euskal Herria, aunque acabar con el alejamiento, matizaba a su vez la presidenta de Bake Bidea, Anaiz Funosas, «no es el objetivo final». De ahí que el paso que se espera por parte de París «sea el final de la política de excepción que se aplica a los presos vascos».

 

Josu Urrutikoetxea queda ingresado en la unidad penitenciaria de un hospital de París

Aunque oficialmente el viernes se había anunciado su traslado a la prisión de La Santé, familiares de Josu Urrutikoetxea confirmaron ayer a NAIZ que en realidad ha quedado ingresado en el hospital Hôtel Dieu de París, para evaluar su situación médica.

La familia del detenido ya expresó anteayer su inquietud por la situación del veterano militante, de 68 años, incidiendo en que padece «una grave enfermedad» y tiene pendiente una intervención quirúrgica. Ese sería el motivo de haber acudido a un hospital de Saboya, en cuya entrada se produjo la detención el jueves.

Esa alerta se ha visto confirmada, primero con el análisis médico a que fue sometido tras su arresto, y ya en París, con su ingreso en el hospital Hôtel de Dieu. Este centro sanitario, situado en el 4 distrito de la capital francesa, dispone de una unidad penitenciaria.

Mientras tanto, ayer tarde en Ugao, su localidad natal, centenares de personas se manifestaron bajo una intensa lluvia para demandar la liberación de Josu Urrutikoetxea. Lo hicieron tras una pancarta con el lema «Bakea eta askatasuna irabaztera», con el logotipo de Sortu y la imagen de un paloma que escapa de una jaula tras romperla.

En la intervención final, Ibon Arbulu, responsable de Sortu en Bizkaia, hizo hincapié en el mantenimiento de la violencia de los estados, reflejada en esta detención pero también en otras cuestiones como la situación de los presos y familiares o el veto al derecho a decidir de Euskal Herria o Catalunya. Arbulu hizo un llamamiento a los dos estados, y muy específicamente al PSOE, para que «apueste de una vez por una estrategia democrática y pacífica». M. UBIRIA-I. SALGADO