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TOUR 2019

Alaphilippe no espera al final

El mejor clasicómano del momento atacó en la última cota puntuable y ganó el pulso al primer grupo para lograr la etapa y el liderato.


Julian Alaphilippe (Deceuninck) era el gran favorito para lograr la victoria en el repecho de 500 metros al 8% en el que acababa la tercera etapa del Tour en Épernay, pero no quiso esperar al final. Lanzó un ataque en la última cota de Mutigny (900 metros al 12,2%) a 16 de meta y logró llegar a la meta con 26 segundos a Michael Matthews, lo que unido a los diez de bonificación sumados en la meta y los cinco del puerto le permitieron alcanzar el maillot amarillo.

Sumaba así su décima victoria de la temporada tras ganar dos etapas en San Juan y Tirreno y una en Colombia, en la Itzulia y en la Dauphiné. En todas las vueltas que ha corrido ha conseguido triunfos este año y en las clásicas ha ganado Strade Bianche, Milán San Remo y Flecha Valona y fue segundo en la Flecha Brabançona, cuarto en Amstel y decimosexto en la Lieja.

Es el mejor clasicómano del momento y lo demostró ayer en una etapa corrida como si de una clásica se tratara porque la media que promedió en la meta fue de 46,1 por hora para 215 kilómetros de recorrido. Un ritmo que unido a las cuatro cotas que presentaba el final de la etapa provocó que solo 54 corredores llegaran en el primer grupo, aunque se produjo un corte que permitió a Pinot y Bernal sacar cinco segundos al resto de los favoritos. Aru perdió 56 y Zakarin 3:25. Simon Yates cedió 5:52, pero ya se descolgó en la crono por equipos del sábado y su equipo no le esperó porque solo juega la baza de Adam. El líder Mike Teunissen perdió 4:23.

Tim Wellens en la fuga

El ritmo alto al que se corrió la etapa estuvo provocado por la entrada de un gran corredor como Tim Wellens (Lotto) en la escapada formada de salida con representantes de los cuatro equipos invitados: Offredo (Wanty), Rossetto (Cofidis), Delaplace (Arkéa) y Ourselin (Total).

El Jumbo quiso defender el maillot amarillo y no les permitió alcanzar ventaja con facilidad. Cuando tuvieron dos minutos Tony Martin cogió el mando del pelotón para llevarlo estirado sin que ningún corredor le apoyara durante 75 kilómetros. El alemán no dio tregua en el pelotón en su enésima exhibición que convirtió casi en una crono y los fugados tuvieron que exprimirse para alcanzar los seis minutos. Fue entonces, a 131 de meta, cuando el Deceuninck puso a trabajar a Asgreen y Morkov para jugar la baza de Alaphilippe y también el Jumbo acompañó a Tony Martin con el campeón noruego Amund Grøndahl Jansen.

Con el trabajo de Deceuninck y Jumbo la diferencia se redujo rápido, pero el más fuerte de los escapados, Tim Wellens, se marchó por delante cuando se entraba en el exigente tramo final y no pudo ser atrapado hasta que faltaban 16 kilómetros, cuando coronaba en cabeza pinchado el último puerto de la jornada y el primero bonificado de Mutigny con Alaphilippe a su estela. El ganador de dos etapas y de la montaña de la última edición atacó para marcharse en solitario después del trabajo de su equipo y Astana para endurecer la marcha y nadie le siguió.

Movimiento de Mikel Landa

Por detrás se formó un cuarteto en el que entró Mikel Landa, con Schachmann, Lutsenko y Woods, que no pudieron atrapar a Alaphilippe, que fue capaz de ganar el pulso que mantuvo con el grupo principal a pesar de que, sobre todo, Jumbo, Ineos y Sunweb trabajaron para defender el liderato y para disputar la victoria de etapa.

No pudieron porque cada vez que la carretera entraba en un terreno ascendente Alaphilippe demostraba que es el mejor corredor del momento en esos recorridos. Por eso le sobró tiempo para celebrar la victoria y para vestir uno de los maillots amarillos especiales diseñados por el Tour para festejar su centenario con veinte segundos de ventaja sobre Wout Van Aert.

En la lucha por la segunda plaza en el repecho en el que acababa la etapa Matthews se impuso a Stuyven, Van Avermaet, que perdió el maillot de la montaña que le arrebató Tim Wellens, y Peter Sagan, que alcanzó el verde que se ha marcado como objetivo en este Tour.

Jakob Fuglsang, aunque llegó a ser atendido por el médico en carrera por las heridas sufridas en su caída de la primera etapa, superó la jornada sin problemas. Astana llegó a ser el equipo que colocó el bloque en cabeza del pelotón en la primera mitad de la etapa a la rueda de Tony Martin en una demostración de la confianza que tiene en el danés. Tendrá dos días más para terminar de recuperarse antes de la sexta etapa del jueves de alta montaña con llegada en la La Planche des Belles Filles.

La primera oportunidad para los velocistas puros

La cuarta etapa del Tour también supera hoy los 200 kilómetros, 213,5 entre Reims y Nancy, que solo presentan dos cotas de cuarta. Aunque la segunda de Maron, 3,2 kms. al 5%, está a solo quince kilómetros de la meta y alguno puede sufrir por el ritmo que llevará la carrera y porque los equipos de los sprinters que mejor suben querrán hacer sufrir a los demás, ninguno querrá desaprovechar una de las pocas oportunidades que presenta esta edición del Tour.

Normalmente la primera semana acostumbraba a ofrecer muchas opciones a los sprinters, pero han tenido que esperar a la cuarta etapa para tener la primera. La caída de los últimos kilómetros y la llegada del primer día en Bruselas en un pequeño repecho impidió entrar en la disputa de la victoria a los sprinters puros y mañana y pasado tienen dos etapas de media y alta montaña y el fin de semana otras dos en el Macizo Central. Por ello equipos como Deceuninck, que además defiende el maillot amarillo de Alaphilippe, Jumbo y Lotto Soudal intentarán asegurar el sprint y eso implica que solo los equipos invitados querrán entrar en la escapada. J.I.