Un documental explora la ruta creativa de Manolo Kabezabolo

Manolo Kabezabolo sigue en activo y, además de retomar su gira con su último disco «Tanto Tonto Monta Tanto», protagoniza un documental sobre sus vivencias dirigido por J. Alberto Andrés Lacasta. La filmación transcurre en ciudades como Iruñea y Bilbo.

En enero de 2020, Manolo Kabezabolo publicó junto junto a Los Ke No Dan Pie Kon Bolo su séptimo disco, “Tanto Tonto Monta Tanto”. Un disco compuesto de nueve cortes entre los cuales figuraba el recordatorio sonoro que Manolo Kabezanolo dedicó a quienes aguardan justicia en cunetas olvidadas y que lanzó el 14 de abril de 2020, día de la República, bajo el título “Enterrada”.

Entre “Tanto tonto monta tanto” y su primer disco, “¡Ya hera ora!”, han pasado 25 años. Una vertiginosa ruta creativa que el cantautor punk maño del 66 ha recorrido manteniendo siempre en su libro de bitácora una serie de afiladas letras, en las que impera la socarronería en su descripción de crónica de una parte de la sociedad que no comulga con la clase política, ni la religiosa, ni la militar.

Su viaje sonoro ha transcurrido a pie de calle, en bares alternativos y en gaztetxes, porque su vida y obra ha estado siempre muy ligada a Euskal Herria.

Como recordatorio de todo ello, se está llevando a cabo un largometraje documental que aborda la peculiar historia de Manuel Méndez –Manolo Kabezabolo–, todo un referente de la cultura punk. Un artista que sigue apegado a su esencia contracultural, irreverente y lisérgica. Este proyecto que arrancó su rodaje en Zaragoza, transcurrirá en diversos puntos de Euskal Herria, como Iruñea y Bilbo. En palabras del director de este documental, J. Alberto Andrés Lacasta, el proyecto parte de una premisa «¿Manolo Kabezabolo y Manuel Méndez Lozano son la misma persona? Biológicamente sí, obviamente, formalmente también, pero hay un desdoble. Un cruce de personalidades entre un reconocido personaje del mundo musical, representante y mascarón de proa por derecho del movimiento punk estatal; figura referente de una simbología, forma de vida, actitud y manera de entender las artes en general y la música en particular, muy personal y genuina, con una carrera profesional de más de 40 años incontestable».

Poética punk

En su exposición, el director oscense añade que la otra parte que complementa a Manolo Kabezabolo y Manuel Méndez Lozano es la de «un hombre coherente y consecuente con su manera de vivir y entender la vida, que forjó su historia desde un duro patriarcado prorrogado en una hilarante carrera militar; y que a la postre le hizo saltar sin red y con plena convicción hacia las causas sociales de los 80 y los 90: la insumisión, la filosofía y combatividad de las casas okupadas, las radios libres, las manifestaciones, las peleas, las salas alternativas, la calle, el modo punk y también las adicciones, los siquiátricos y la enfermedad mental que le ha atravesado toda su vida».

La suma de ambas personalidades queda simbolizada en su guitarra «que aporreaba sin descanso y con poca musicología, acompañada por su característica voz nasal, pero con mucha conciencia y verdad; y allí nacía el mito, ¿en la guitarra? No: en la verdad, en la autenticidad y en la poesía de aquello que cantaba y contra lo que lanza sus sarcásticos y acerados alaridos de furia, mugre, mordacidad, humor e irreverencia. Su pack escénico y vital desde sus primeras maquetas de los 80 levantó pasiones incondicionales, y la connivencia respeto y admiración, no solo de un público avezado de experiencias culturales y emocionales auténticas, sino también y de manera unánime, del mundo profesional de la música. Hasta hoy», explicó Lacasta.

El documental contendrá entrevistas tanto de todo el entorno cercano del cantante como de otras figuras del punk y el rock de hace 30 años como Kutxi Romero de Marea o Fernando Madina de Reincidentes.