25 SET. 2024 Las intensas lluvias arrasan los campos de refugiados saharauis en Tinduf Las intensas lluvias de los últimos días, y especialmente las desatadas en la noche del domingo al lunes, han provocado enormes daños en los campos de refugiados saharauis en Tinduf, destrozando muchas de las escasas infraestructuras existentes y las casas. Se reclaman ayudas, mientras Dajla ha sido declarada ya zona catastrófica. Un torrente de agua baja por el campo de Dajla. (MEDIA LUNA ROJA SAHARAUI) GARA TINDUF Los campos de refugiados saharauis en Tinduf se están viendo gravemente afectados por las precipitaciones de los últimos días. Las producidas entre domingo y lunes han arrasado numerosas casas, generalmente de adobe. Lluvias casi insólitas por su virulencia ya estaban castigando a los precarios campamentos desde finales de agosto, pero la situación se ha recrudecido en los últimos días. Entre los campos más afectados está el de Dajla. En los cinco campamentos afectados por estas torrenciales lluvias viven, o malviven, unas 173.000 personas. Los desperfectos no solo se han producido en las viviendas, sino también en las instalaciones sanitarias y escuelas. La Media Luna Roja está evaluando la situación junto a ONG internacionales y agencias de la ONU, pero ya anticipan que hará falta ayuda humanitaria inmediata. Fandas Sahara, que agrupa a organizaciones solidarias andaluzas, adelantó ayer que «el abastecimiento de agua y alimentos es absolutamente necesario, principalmente porque los víveres almacenados por la población se han deteriorado por las lluvias. Deben asegurarse también tiendas de campaña, mantas, enseres domésticos y medicamentos». ZONA CATASTRÓFICA La afección de las lluvias ha sido tan grave que tanto el Gobierno de la República Saharaui como la Media Luna Roja Saharaui han declarado Dajla como zona catastrófica, según señaló en declaraciones a GARA Jadiyetu El Mohtar, delegada del Frente Polisario en la CAV. En el caso concreto del campamento de Dajla, «más de 350 familias se han quedado sin nada y han tenido que refugiarse en las zonas más altas de la wilaya», explicó. En ese lugar se ha producido «la confluencia de tres ríos, que se han unido y se han metido por toda la wilaya destrozando todo a su paso. Las precarias viviendas caían como terrones de azúcar y la gente ha tenido que huir con lo puesto», indicó. La crítica situación ya generada por las lluvias puede incluso empeorar, ya que, como manifestó Jadiyetu El Mohtar, «el tiempo no da tregua y se espera que en los próximos tres días continúen esas lluvias en los campamentos, sobre todo en Dajla». Deportación de diez de los activistas de Barajas El Gobierno español deportará a Marruecos a al menos diez de los activistas saharauis que permanecen retenidos en el aeropuerto de Barajas desde hace varias semanas y que iniciaron una huelga de hambre para protestar contra las «condiciones de insalubridad» en las que se encuentran y pedir a Madrid que cumpla con su «deber» de asilo político y decrete su libertad. Fuentes del Ministerio español de Interior indicaron que en la sala de asilo del aeropuerto madrileño hay 57 activistas saharauis, de los que diez comunicaron su decisión de comenzar una huelga de hambre, aunque las fuentes de Interior añadieron que solo cinco rechazaron la comida a primera hora del día. De acuerdo con la abogada Fátima Fadel, sin embargo, son una treintena los activistas que están secundando el ayuno. Esta letrada afirmó que sus defendidos «alegan y prueban» que son «activistas saharauis perseguidos. Estamos ante hechos probados para solicitar protección internacional, porque corren peligro si vuelven a su país», aseguró. Estos argumentos son secundados por la delegada del Frente Polisario en la CAV, Jadiyetu El Mohtar, quien señaló a GARA que «estos saharauis están llegando a España porque Marruecos está facilitando su salida, porque hay una política de vaciar el territorio de los saharauis autóctonos». Una delegación de Podemos acudió ayer al aeropuerto, donde su secretaria general de esta formación, Ione Belarra, que no pudo visitar a los activistas, denunció las «condiciones inhumanas» que padecen los saharauis retenidos. GARA