GARA Euskal Herriko egunkaria
DE REOJO

Zonas inundables


Existe un mapa oficial y contrastado de zonas inundables. Cualquiera que va a comprarse una finca, una casa, puede ir a ese registro y saber si está en una zona que, el día que el cielo se abra y suelte agua por encima de la estadística, el río, la torrentera, puede convertirla en una charca. Por lo tanto, si cualquier persona privada lo puede saber, de la misma manera lo saben el promotor inmobiliario, el constructor, el arquitecto y el concejal que va a firmar el permiso de obra y el funcionario que da la cédula de habitabilidad.

Desde ahí hasta el infinito, la cadena de negligencias previas, la dosis de concepción capitalista del desarrollo como un hecho meramente económico, va condicionando la vida. Todo esto expresado así, sentado frente a un ordenador bajo techo, tiene un valor circunstancial demagógico. El dolor de quienes hoy no saben ni dónde tienen las escrituras de su domicilio, y en algunos casos dónde está su sobrino o su padre, no es comparable con casi nada.

De momento se sabe que Núñez Feijóo es un sicópata, ignorante, sin capacidad de entender absolutamente nada, de la misma o peor calaña que su lideresa Ayuso, y que su fantasía de fingir ser alguien que significa algo le lleva a meter la pata hasta los pelos rizados de Borja Mari. Vergonzoso.

La solidaridad ciudadana, esa miríada de personas yendo y viniendo con escobas, rastrillos y palas, portando agua y alimentos para distribuir, son una parte de este drama que muestra la coherencia humanista. Los afectados se sienten abandonados por las autoridades. ¿Qué cifra de muertos acabará adjudicada a esta DANA? Suma y sigue.