El presidente de Austria encarga a la ultraderecha la formación de gobierno

El presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, se ha amparado en la victoria del partido ultraderechista FPÖ en las legislativas del pasado mes de septiembre para encargar a su líder, Herbert Kickl, la formación de gobierno, tras el fracaso de las negociaciones entre conservadores, socialdemócratas y neoliberales.

El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, encargó ayer al líder del ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ), Herbert Kickl, la tarea de formar gobierno, tras el colapso el pasado fin de semana de las negociaciones previas entre conservadores, socialdemócratas y neoliberales.

En una comparecencia tras reunirse con Kickl, el presidente recordó que el FPÖ fue el más votado en las elecciones legislativas de septiembre, y aseveró que ha llegado a la conclusión de que el líder ultraderechista «tiene confianza para encontrar soluciones viables y quiere asumir esta responsabilidad».

Alexander Van der Bellen se ha declarado consciente de la existencia de un «cordón sanitario» impuesto por los tres partidos que han fracasado en las negociaciones, pero ha defendido que no ha «dado a la ligera el paso» de encargar al FPÖ la tarea de formar gobierno y que se encargará de «velar por el respeto al Estado de derecho». «Me aseguraré de que se respeten correctamente los principios y normas de la Constitución», añadió, consciente del impacto social de esta decisión.

CANCILLER EN FUNCIONES

El pasado sábado, el canciller federal en funciones, el conservador Karl Nehammer, anunciaba su dimisión tanto como jefe del Gobierno como de la presidencia del Partido Popular (ÖVP). Fracasaba así el intento de formar Gobierno en Viena dejando en la oposición al FPÖ, ganador de las elecciones legislativas del 29 de septiembre pasado con el 28,8% de los votos, seguido del ÖVP (26,3%) y el socialdemócrata SPÖ (21,1%).

Tras los comicios, el presidente Van der Bellen descartó ofrecer al FPÖ el mandato para formar gobierno porque carecía de socios que le dieran respaldo parlamentario y confió el mandato a Nehammer, quien inició el diálogo con los socialdemócratas. Poco después, en noviembre, invitó también al pequeño partido Neos (neoliberal) para sumar una mayoría más amplia.

La líder de esta formación, Beate Meinl-Reisinger, anunció el viernes que su formación abandonaba las negociaciones debido a que sus dos posibles socios no querían afrontar reformas profundas, pese a la difícil situación económica.

Ayer, cientos de manifestantes se congregaron delante de la sede de la Presidencia, el Palacio Imperial de Hofburg de Viena, para protestar contra una posibilidad que había ganado fuerza a lo largo del fin de semana: una coalición del FPÖ con el conservador Partido Popular Austriaco (OVP), que no se ha cerrado en banda a una alianza en la que sería el socio en minoría.

PRIMERA VEZ DESDE 1945

Si prospera este pacto sería la primera vez desde 1945 que un ultraderechista ocupe la jefatura del Ejecutivo. La protesta fue convocada en parte por la organización de Estudiantes Judíos de Austria, cuyo presidente, Alon Ishay, tildó a Kickl de filonazi. «El hecho de que alguien que se haga llamar Canciller del Pueblo», un título acuñado por el nazismo, «pueda convertirse ahora en canciller de Austria nos trae recuerdos muy oscuros a nosotros, los jóvenes judíos y a la comunidad judía», manifestó al diario “Die Presse”.

Kickl, de 55 años, ya fue ministro del Interior entre 2017 y 2019, en un gobierno liderado por el ÖVP y que saltó por los aires debido al ‘caso Ibiza’, un escándalo de corrupción detectado cuando el FPÖ formaba parte de la coalición de gobierno del excanciller Sebastian Kurz, salpicado también en otros delitos.