GARA Euskal Herriko egunkaria
DE REOJO

Todo y Nada


Sin filosofía absolutista ni retruécanos retóricos, el Todo acostumbra a proporcionar, en escasas y reiteradas frustraciones, la Nada. Y la Nada, al descubierto, es un todo minúsculo que nada aporta a la mirada al mundo más allá de lo circunstancial. Así que el totalitarismo se fundamenta por acumulación pragmática y falta de resistencias sociales que contravengan lo estipulado y difundido por ese cordón umbilical con la Nada que son las redes sociales en todas sus versiones.

La decisión de hacer la ceremonia de toma de posesión de Donald Trump mañana en el interior del Capitolio debido al pronóstico meteorológico de grandes heladas en Washington viene a confundirnos todavía más sobre el uso de los fuegos artificiales en zonas habitadas por una ciudadanía volcada en el cuidado de sus mascotas. Este acontecimiento universal es una de las versiones posmodernas del Todo basado en la imagen prefabricada. Dentro se convierte en una fiesta de cumpleaños con ínfulas.

Y si nos atenemos a la lista conocida de los invitados, se puede llegar a una conclusión muy sencilla: va a ser una cita de unidades de un ejército espectral de un Imperio naranja. Figuritas de un pesebre ecuménico que adoran a un vellocino de mil cabezas. Es como asistir al casting de un concurso televisivo con jurado encapuchado que va a ir eliminando obstáculos personales, corporativos, banderas e himnos ágrafos que impidan o simplemente retrasen el objetivo final: la Nada. Que es su Todo soñado, la dictadura global, allá donde todo se dirime con un ábaco trucado y una sumisión digital.