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El Ejército avanza al sur de Jartum tras la masacre en Omdurmán

El Ejército sudanés anunció la toma de varias zonas en el norte y el este del estado de Al-Yazira, en el centro del país, incluidas zonas adyacentes a la capital Jartum, mientras sigue estrechando el cerco al grupo paramilitar FAR, tras la masacre del sábado en Omdurmán.

El jefe del Ejército, Abdel Fattah al-Burhan, saluda a las personas concentradas en Puerto Sudán. (AFP)

El secretario general de Médicos Sin Fronteras (MSF), Chris Lockyear, tildó ayer de «una carnicería total» el «atroz» ataque del sábado contra un concurrido mercado en la ciudad de Omdurmán, vecina a la capital de Sudán, donde murieron, según el último balance, al menos 61 personas y 158 resultaron heridas. Un ataque del que el Gobierno sudanés responsabilizó a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), y estas a las tropas sudanesas.

El ataque, uno de los peores desde el inicio de la guerra en 2023, se produjo cuando los paramilitares continúan perdiendo muchas zonas del estado de Jartum, mientras el Ejército va estrechando el cerco sobre ellos después de recuperar esta semana Jartum Norte, vecina a la capital sudanesa.

Ayer, el Ejército sudanés reanudó las operaciones militares en el estado de Al-Yazira, donde anunciaron haber tomado el control de las ciudades de Rafaa y Tambul y las aldeas que rodean las dos regiones desde el este. También se hizo con Al-Haisaheisa y avanzó hasta los límites de Al-Kamlin, junto a Jartum. Estos avances se producen varias semanas después de que el Ejército recuperara Wad Madani, capital de Al-Yazira, controlada desde diciembre de 2023 por las FAR.

La guerra en Sudán, que ha provocado más de 150.000 muertos, 8,8 millones de desplazados internos y tres millones de refugiados, comenzó en abril de 2023 tras el fracaso de las negociaciones para integrar a los paramilitares en el Ejército en el contexto de la transición política tras el derrocamiento de Omar al-Bashir en 2019. Ambas partes enfrentadas han sido señaladas por la comunidad internacional y organizaciones humanitarias por cometer crímenes de guerra y de lesa humanidad, y se han impuesto incluso sanciones.

Esta guerra genera poca atención mediática y esfuerzos diplomáticos para su resolución, pero el ISIS, que ha convertido África en su principal bastión, ha visto en Sudán una ocasión para propagar su ideología y ha llamado a la yihad.