Por aturdimiento

Se asegura que el equipo de Donald Trump está aplicando la diplomacia del chantaje. Era preferible la del ping-pong que acercó a EEUU y China, pero en estos tiempos cualquier noción de entendimiento pasa por una tormenta de agitación desleal y desquiciada que parece que busca de manera pertinaz el aturdimiento general. El hombre de rojo proporciona cada día tal cantidad de amenazas, ideas descabelladas e incitaciones al desorden que probablemente estemos ante una planificación de consignas híbridas que llevan al caos, desde el que lo que parece una actitud imperialista, camufla una subversión totalitaria en EEUU.

Si decir con Netanyahu de testigo de cargo que va a convertir la Franja de Gaza en una suerte de Riviera de Oriente Medio, debido al mar y el buen tiempo, es una imbecilidad que responde a los impulsos que emanan de la parte de su corbata dedicada a los negocios inmobiliarios. Eso de mandar a dos millones de gazatíes a Egipto y Jordania son delirios fascistoides coincidentes con intereses sionistas, aunque su aplicación es improbable. Seguro que muchos constructores de todo el mundo están haciendo números para forrarse con la reconstrucción.

Lo que sucede es que mientras entretiene con esta barbaridad está ofreciendo rescisión de contratos a numerosos agentes de la CIA y del FBI porque no se fía de ellos y ha entregado a Elon Musk todos los datos confidenciales de toda la ciudadanía lo que es una auténtica agresión, un golpe de Estado implícito. Primero van a por la democracia propia y después a agrandar su Imperio, aunque sea por aturdimiento.