23 MAR. 2025 JOPUNTUA El fútbol como eclipse Fede DE LOS RÍOS Si uno mira las efemérides de calendario en Wikipedia, «la enciclopedia libre», podrá observar cómo después del parágrafo de «Acontecimientos», los sucesos más reseñables a juicio de sus autores son «Nacimientos», donde aparecen las fechas en que las personas más significativas para la humanidad vinieron al mundo. Hasta llegados los años noventa del siglo XX, es decir, de todos los siglos conocidos hasta finales del XX, los que conforman la lista son personas dedicadas a la política, las ciencias, las artes, la filosofía, o, lo que es lo mismo, seres humanos que han influido en las vidas de otros seres humanos. Pues bien, a partir de los noventa, la gran mayoría de los reseñados son jugadores de balonmpié, lo que llaman fútbol; individuos de oratoria breve por su hipotrofiado telencéfalo, son los dioses, héroes y titanes que pueblan el ansiado Olimpo de la generación más preparada de la historia, pero con una capacidad argumentativa menor que la utilizada en el mutuo despioje de una familia de bonobos. La función de los que dicen practicar deporte para que otros lo presencien cobra tanta importancia para la estabilidad del orden social, que los vuelve millonarios y tema principal en las conversaciones de los que trabajan asalariadamente para vivir. ¿Qué mecanismo infernal interviene como sublimación y no encabronamiento al comparar lo abisal entre tu salario y el de cualquier jugador de la Liga de fútbol? «Es que generan mucha riqueza», arguye, tras profundo análisis, mi «enriquecido» vecino. Sí, riqueza sobre todo a ti, que te las ves y te las deseas con la hipoteca de una VPO, pienso para mí en un ejercicio de contención civilizada mientras callo y sonrío. Con clubs convertidos en sociedades anónimas, pocos son los que se resisten, el fútbol deja de ser juego y ni siquiera deporte; una suerte de espectáculo para enriquecimiento de pocos y embrutecimiento de muchos. «Están los hinchas de los equipos vascos y algunos otros» Sí, sí y el St. Pauli, pero... Tebas y Florentino controlan el mogollón. ¿O no? ¿Qué mecanismo infernal interviene como sublimación y no encabronamiento al comparar lo abisal entre tu salario y el de cualquier jugador de la Liga de fútbol?