08 ABR. 2025 Catalina Guzmán ambienta un thriller psicológico en Zaraitzu No conocía el Pirineo, pero el destino quiso que la trilogía que estaba escribiendo terminara ambientada en el valle de Zaraitzu. En ese lugar se desarrolla la trilogía de la escritora mexicana Catalina Guzmán Bremer, que arranca con la novela “Bajo la sombra”. Hualde y Guzmán Bremer, en la presentación en Iruñea de «Bajo la sombra». (Jagoba MANTEROLA | FOKU) PELLO GUERRA IRUÑEA Una serie de coincidencias, detrás de las que está convencida de que se encuentra el destino, han hecho que la escritora mexicana Catalina Guzmán Bremer haya ubicado en el valle de Zaraitzu su trilogía “Vestigios”, de la que se presentó ayer en Iruñea su primera entrega: “Bajo la sombra”, publicada por editorial Medialuna. Según explicó en una comparecencia ante los medios, se trata de un thriller psicológico que rescata, 500 años después, la historia de los procesos de brujas en el Pirineo. La trama arranca en 1978, cuando Eva, una madre soltera, regresa al hogar familiar tras la muerte de su abuela. Acompañada por su hijo, la protagonista se enfrenta a los secretos de sus antepasados, hasta el punto de que su historia se entremezcla con la de quienes habitaron la misma casa en épocas distintas. El pueblo en el que está ubicado ese caserón es el ficticio Usín, donde están «profundamente arraigadas las tradiciones, donde la religión y las creencias populares han permanecido intactas a lo largo de décadas». Diferentes circunstancias llevan a Eva a vivir esta historia, de la misma manera que Guzmán achaca al destino que su historia haya terminado ambientada en el valle de Zaraitzu: «No conocía el Pirineo» y, mientras escribía su historia durante la pandemia, me imaginé un pueblo, que finalmente ha resultado existir. Ha sido muy surrealista», explicó. En realidad, más que una localidad en concreto, en el Pirineo ha encontrado el escenario perfecto para esa trama, en la que se mezclan «la razón y la superstición», pero en la que quería ser muy precisa a la hora de hacer un retrato de sus gentes, de su forma de ser, ritos y costumbres, y «quería ser muy cuidadosa con todo eso, aunque mi historia es ficción», añadió. PREGUNTAR «SIN MIEDO» De nuevo el destino le echó una mano en forma del experto en etnografía Fernando Hualde. En sus búsquedas en internet para documentarse, dio con el correo de la Asociación Cultural de Almadieros. Les escribió y durante dos meses aguardó una respuesta que se resistía, hasta que recibió un mensaje en el que Hualde le animaba «a preguntar sin miedo». Así comenzó una colaboración que ha resultado extremadamente rica, ya que, con 46 libros a sus espaldas, el experto era la persona idónea para explicarle desde cero el Pirineo y todas sus esencias. Para Hualde, ha supuesto responder «a cientos de preguntas» sobre infinidad de cuestiones, «como ritos, costumbres, ropa», haciéndolo de «la manera más pedagógica para conseguir meterla en la realidad del Pirineo». El resultado ha sido muy satisfactorio, ya que, como explicó Hualde, Guzmán «ha plasmado perfectamente todo lo que le he explicado». El historiador y etnógrafo detalló de dónde procede el nombre del ficticio pueblo de Usín. «Es una mezcla del pueblo real de Usun y uxin, que es el nombre con el que en Salazar se define al polvo de nieve que se mete por todas partes llevado por el viento». Haciendo un paralelismo, ha indicado que «Catalina se ha metido por todas las rendijas con una historia que engancha, que da miedo», y que abarca tres épocas que van de 1610 a 1978. Una historia sobre la que su autora resaltó el abundante simbolismo que salpimenta su contenido y en la que deja patente que «arrastramos herencias invisibles que definen nuestras decisiones», en la que «lo sobrenatural se entrelaza con lo real» y donde «el presente viene con la sombra del pasado» a través de una historia «universal sobre heridas muy humanas». Una experiencia que le ha reportado una conexión con el Pirineo y sus habitantes muy especial, hasta el punto de que se lleva consigo para México «una argizaiola, queso y patxaran», y un deseo irrefrenable de conseguir que la gente «se enamore del Pirineo como me he enamorado yo». PELÍCULALa escritora mexicana aspira a que sus tramas terminen trasladándose a la gran pantalla, algo que siempre ha tenido en mente, ya que «la imaginé así, como una película».