11 JUN. 2025 Las escuelas de teatro no deben ser castradoras Carlos GIL ZAMORA Analista cultural Las metodologías para la enseñanza de las artes escénicas son una entelequia fundamentada en la fe. Voy nadando contra todas las corrientes desde que existen corrientes y excepcionales. Se considera un avance sustancial las grandes escuelas teatrales con un método universalizado. Pero cuando hablamos en serio sobre estos asuntos resulta que la inmensa mayoría de lo que se ha sistematizado son maneras personales de grandes maestros que tuvieron ellos, o alguien de su entorno, la necesidad de organizar en escritos sus experiencias y algunos ejercicios. Correcto, siempre es mejor amarrarse a esos puertos que han sabido sobreponerse a muchas ventiscas y cambios de las mareas, pero podríamos llegar a convenir, sin ofender a nadie, ni siquiera menospreciar nada, que, con un libro en la mesa, una buena conexión a internet, cualquier tonto hace relojes de madera o da talleres o cursillos de interpretación, o, peor aún, si empolla bien, se saca una plaza vitalicia en una escuela superior. Está muy bien preparase, pero mucho ojo con tanta mediocridad oficializada que anula la capacidad real de cada individuo, pues el objetivo es sacar egresados que, como decía un viejo amigo, son actores y actrices que sirven para completar repartos en parques temáticos.