Un anfitrión con camino por recorrer

Al contrario de lo que ha sucedido en las dos últimas ediciones, Suiza no ganará su Eurocopa. Pero en el país helvético confían en que el torneo suponga un empujón al fútbol femenino que, sin un proyecto común potente, crece despacio y de forma desigual.

Las anfitrionas han ganado las dos últimas Eurocopas, su primer título en ambos casos. No fue casualidad. La organización del torneo estuvo enmarcada en una estrategia global para el impulso del fútbol femenino. Y aunque el resultado a medio plazo ha sido diferente, en buena medida porque la apuesta, sobre todo a nivel privado, también lo ha sido, Países Bajos e Inglaterra son otros tras la disputa de la Eurocopa.

Al contrario que las dos anteriores, Suiza no ganará su torneo. Habrá que ver, de hecho, si supera su listón y alcanza las eliminatorias, por mucho que esté encuadrado en el Grupo más asequible de la primera fase. La Federación fichó una seleccionadora de renombre como Pia Sundhague y ha introducido mejoras en la preparación, pero Suiza sigue estando muy lejos de la elite continental, como demuestra su reciente pérdida de categoría en la Nations League.

Tampoco está claro que los efectos del torneo se dejen notar en las competiciones domésticas. La Superliga -en la que compiten equipos independientes con clubes profesionales masculinos- es una competición modesta. La inversión empieza a ser importante en algunos clubes pero no hay un proyecto común.

Rocío Candal es la Directora deportiva del Eibar, pero esta última temporada ha sido responsable de scouting del Grasshopper. «Hay una asociación de clubes pero la Liga depende de la Federación -explica-. Y más que un plan, se están dando iniciativas ligadas a la organización de la Eurocopa, principalmente por parte de la Federación. Y hay pequeños detalles, por ejemplo este ha sido el primer año con balón oficial, pero quedan muchísimos pasos por dar».

DIFERENCIAS

Empezando por la profesionalización, escasa y que depende de la voluntad de cada club, lo que provoca «realidades muy distintas. Los equipos de la parte alta están poniendo dinero, pero los de la parte baja son amateurs». Las diferencias también se dan dentro de los propios equipos. «Los rangos dentro de una misma plantilla son muy diversos. Las jugadoras locales están por debajo del salario mínimo de la Liga F y las que vienen de fuera están muy por encima. Entienden que la jugadora que sale de la cantera puede tener un contrato más progresivo, que parte de números más bajos, y que a la que viene de fuera solo le van a convencer con dinero».

Lo cierto es que surgen «cada vez más talentos, no hay más que ver la selección». De hecho, Candal cree que «las jugadoras están creciendo más rápido que el nivel de su Liga», lo que provoca que «en cuanto empiezan a destacar, salen. Schertenleib se fue al Barcelona con 17 años, Noemi Ivelj del Grasshopper se va al Eintracht con 18, Naomi Luyet del Young Boys se va al Hoffenheim con 19... Está costando mucho retener el talento».

Las infraestructuras tampoco ayudan aunque también varían mucho. «Hay campos de hierba artificial de nivel muy bajito, la típica instalación municipal, pero Servette y Grasshopper tienen hierba natural, el Young Boys ha usado el campo principal...».

Con todo, Candal quiere ser optimista. «Es una pena que los clubes no trabajen más en colectivo, quizá porque la sociedad suiza es individualista, pero se dan pasos. Por ejemplo, todos los partidos pueden verse en directo, sin sonido pero con una realización bastante cuidad, en la página web de la Liga», apunta. «El hecho de que este año vayan a Europa los dos primeros creo que también ayudará», añade.

El optimismo de Candal también es moderado en cuanto a seguimiento. «Va poca gente a los partidos aunque en la última final se batió el récord con 10.000 espectadores. Y además la pasión por el fútbol en general está creciendo en las generaciones más jóvenes», lo que permite «pensar que irá a mejor».

El hecho de que se hayan vendido 600.000 entadas, récord del torneo, para esta Eurocopa «es un buen dato» y Candal confía en que el torneo «enganche a más gente» y a más medios de comunicación, que no ofrecen demasiado espacio al fútbol femenino. «No hay más de dos por partido. A ver si con la Eurocopa también empieza a cambiar eso».