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Travéstika enciende Iruñea con sus lentejuelas y su canto a la diversidad

Bajo un sol de justicia, Travéstika ofreció ayer en la plaza Compañía de Iruñea un cabaret cargado de lentejuelas, talento y mucha frescura que fue un canto a la diversidad.

Un momento de pasión en el cabaret de Travéstika. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Buscando la sombra porque el mercurio rozaba los 30 grados y tirando de abanicos de todos los colores, incluido el arcoíris, se puso en escena en la plaza Compañía de Iruñea un cabaret a cargo de Travéstika cargado de reivindicación, lentejuelas, talento y mucha frescura.

Había ganas de fiesta y el personal congregado se arrancó a bailar ya con la música de los prolegómenos delante de un escenario presidido por una pantalla en la que se leía que se iba a celebrar «Tu fiesta más travesti. Más navarrika».

Y arrancó con un toque muy de casa, con Gata al Kuadrado en un vídeo en la que se le veía ataviada como la matrona que corona el Monumento de los Fueros, con su coraza, larga capa, las cadenas y una brillante corona en la cabeza.

La presentadora del evento celebró que haya tenido lugar en el día del Niño, señalando que «por eso nos han contratado, por la diversidad».

Así que haciendo frente a «este calor homófobo y travestifobo», se desarrolló un cabaret que arrancó con Travis Tea pidiendo a San Fermín, entre otras cosas, «un poco de libertad para ser quien soy» o «un rincón donde la diversidad sea un honor».

«STOP GENOCIDE»

A partir de ahí, subieron al escenario para mostrar sus bailes y coreografías Ludovica, Antonella Boop, Xtreya, La Tati Kieta, Crono K Liente, Exia Vermut y Lola Peloche, que pusieron a bailar al personal congregado bajo un sol de justicia con temas de Los Huajalotes (incluso lanzaron desde el escenario pimientos y cerezas) o “Esa diva”, entre muchos otros con los que desplegaron su talento sobre el escenario.

Todo ello aderezado con muchas lentejuelas, melenas al viento, capas negras, una mujer decapitada y el lema ‘‘Stop genocide’’ junto a la bandera palestina, porque sobre las tablas había mucho talento, pero también mucha reivindicación.

Así, entre bailes y coreografías y unas actuaciones que hacían bailar a un público que parecía ser inmune a las elevadas temperaturas, se fue desarrollando un espectáculo con diferentes mensajes en defensa de la diversidad en una tierra que precisamente es tan variada y donde se pidió que «esté mejor tratada».

También se denunció el «sexilio» sufrido por Crono K Liente, que tuvo que irse de Barañain a Bilbo, donde reside desde hace veinte años, y se pidió que «la fiesta sea para todos y todas».

El particular cabaret de Travéstika se cerró con “A quién le importa”, de Alaska y Dinarama, entre la ovación de un público animado al que Antonella Boop pidió «un fuerte aplauso para mi coño moreno» al termino de su actuación.