Natación artística

Cuando intento visualizar mentalmente las horas de entrenamiento que deben tener los componentes del equipo que se ha llevado tres medallas de oro, dos de plata y cuatro de bronce en el campeonato del mundo celebrado en Singapur, entro en un placentero estado de incredulidad. Son cuerpos perfilados a base de ejercicios y rutinas, una capacidad pulmonar excelsa y una sensibilidad bien aplicada y entrenada para hacer de cada movimiento de supervivencia en el agua de la piscina un acto de trascendencia artística.

Hay disciplinas deportivas singulares que en su práctica se conjugan materiales y códigos de otras artes que se maridan con la música o el ballet. El patinaje artístico, la gimnasia artística y esta natación que crea imágenes submarinas y figuras voladoras en una piscina a base de coreografías que se fundan en obligaciones técnicas y la coordinación entre el conjunto, las parejas o las ejecuciones individuales. En esta ocasión hay dos datos añadidos, por primera vez nadó un varón, Dennis González, en las pruebas de conjunto, y una de las nadadoras, Iris Tió acaparó los oros y la atención global, por su elegancia y por la organicidad de cada movimiento fuera, sobre o bajo el agua que llega a la perfección absoluta.

Pertenece a una escuela catalana que lleva varias generaciones aportando valores de primer orden de manera mundial, lo que confirma que la tradición activa, la transmisión de técnicas y aprendizajes metodológicos junto a una voluntad y hasta una predisposición genética concentran muchos de los logros en todas las disciplinas sean deportivas, artísticas o de pensamiento.