22 AGO. 2025 BILBOKO ASTE NAGUSIA El cuerpo de txupineras cosecha el cariño popular Jueves grande para el cuerpo de txupineras en Aste Nagusia, que recordó a las compañeras ausentes y tuvo gestos de solidaridad hacia Palestina. Jornada intensa, llena de emociones, en la que las comparseras que han representado a este icono festivo, cosecharon el cariño popular. Son apreciadas y lo sintieron a cada paso que dieron. Las txupineras se preparan para disparar los cohetes. (Monika DEL VALLE | FOKU) Agustín GOIKOETXEA Ayer se desarrolló el encuentro anual de las comparseras que han tenido el honor de detonar la fiesta, con el pertinente permiso de su musa. Una jornada de camaradería en la que cargan pilas gracias al cariño de todo aquel con el que se encuentran. Veinte de esas mujeres insuflaron energía a la actual txupinera, Olatz Agirre, y al pregonero, Francis Díez, que modulan el esfuerzo para dejar el pabellón bien alto hasta la despedida de Marijaia. El punto de reunión fue, de nuevo, el mercado de La Ribera, donde sus comerciantes les volvieron a agasajar con un hamaiketako. Mientras, quienes han tenido el honor de enfundarse la guerrera roja comenzaron a saludarse y a entablar conversación a la espera de la llegada de Agirre y Díez. La animación musical corrió a cargo de Joseba eta Bittor con la trikitixa y pandero con clásicos como ‘‘Ikusi mendizaleak’’ o ‘‘Lepoan hartu’’, entre otros. Instantes para hablar y compartir confidencias. Nerea Ahedo, de la desaparecida Adiskideak, fue txupinera en 1993. Siempre ha vivido Aste Nagusia, aunque admite que ahora lo hace «a un ritmo diferente». «No estoy hasta las cinco de la mañana en las txosnas, pero disfruto del día», aclara. Poco tardaron la comparsera de Txori Barrote y el cantante de Doctor Deseo en aparecer. Saludos, a los que siguió la colocación de una insignia de la asociación comercial a la actual txupinera por parte de Juanjo Blanco Magunagoikoetxea, cuya familia regenta desde 1950 una jamonería y chacinería en la emblemática plaza de abastos. Tras treinta años detrás del mostrador, se jubila, tal y como comentó el presidente, Asier Beato. La comitiva realizó una breve kalejira entre los puestos, lo que sorprendió a parte de la clientela, aunque hubo otros que conocían esta tradición. Sin duda, fueron los turistas que estaban en el área que ocupan los negocios de hostelería los más asombrados por la música y el paso de las txupineras. PRIMER TXUPIN EN EL MERCADO DE LA RIBERA En el exterior, dispararon cada una el preceptivo txupin, con recuerdo en el primero, por parte de María Jesús Agirregoitia, de Uribarri, a las cuatro compañeras que ya no están físicamente entre ellas, pero sí en sus corazones. Esta veterana del cuerpo lo fue en 1979, cuando el icono festivo no tenía ni percha lanzachupines, que data de 1983, o uniforme, que se instituyó dos años después. También hubo un momento de complicidad entre Agirregoitia y Díez, por aquello de ser vecinos de Uribarri. Aunque no lo parezca, a pesar de la experiencia, más de una -como Nerea Orizaola, de Zaratas- siente temor al disparar los txupines, aunque lo volvieron a superar gracias a sus compañeras. Doce años han transcurrido desde que Jone Artola, de Txori Barrote, fuera vetada por los tribunales españoles para ser lo que ha sido durante ese tiempo. Con añoranza, recordó, que fue «su mejor regalo de cumpleaños», ya que, a pesar de la exclusión que sufrió por parte de los responsables municipales por su condición de familiar de preso, el cariño que le transmitió la gente «fue infinito». «Se demostró el carácter popular de Aste Nagusia, la necesidad de respetar la voluntad de las comparsas y a los iconos de la fiesta», manifestó después de lo vivido. Artola añadió que su compañera de comparsa, la actual txupinera, era la «mejor eleccisón que podría haber hecho Txori Barrote». Aseguró que está ejerciendo su tarea a la perfección. Confesó que el momento que más le emociona de Aste Nagusia no es el txupin, sino el cambio de atributos que txupineras y pregoneros llevan a cabo en el puente de San Anton. «Es un momento especial después de meses de trabajo, que se intensifica la última semana, para que todo esté a punto», expuso. En alegre biribilketa, el cortejo se adentró por Carnicería Vieja para pasar por la plaza de Santiago y Bidebarrieta, camino del Arenal. Muchos turistas trataron de captar el momento, preguntándose quiénes eran aquellas mujeres, vestidas de rojo, que bailaban y cantaban con un hombre de amarillo y bicornio negro. Su llegada al Arenal fue saludada por muchas personas que las esperaban, alertadas por la presencia de medios de comunicación. A unos metros, cubierta para no mojarse más de lo debido, Marijaia las sonrió cuando comenzaron a entonar su canción. Dos iconos, por cierto, que la tienen. A las veinte txupineras ataviadas se les unió otra que no vistió en esta oportunidad uniforme, Alazne Olabarrieta, de la desaparecida Mamiki, que encendió la mecha de Aste Nagusia en 1983. CON PALESTINA, COMO CON OTRAS CAUSAS En esas fotos previas, mostraron un cartel que rezaba ‘‘Palestina askatu, boikot Israel’’. Algunas de ellas, sustituyeron la tradicional pañoleta azul que diseñó Juan Carlos Eguillor por la que se solidariza con la causa palestina. En conversación previa, Arantza Garbayo, de Pa...Ya, que fue txupinera en 1999 a pesar de estar presa, destacó el «espacio de solidaridad y de reivindicación» que es Aste Nagusia. «Los ataques continúan. Ahí tenemos el intento de condicionar y limitar las iniciativas de las comparsas, por ejemplo a través de TicketBai, pero siempre vamos a promover acciones como la de apoyo a Palestina con el boicot a Coca Cola», enfatizó. Todas ellas se prepararon para el disparo anual de txupines en recuerdo a las ausentes, captado por las cámaras, que repitieron antes de acudir al espacio del Gastronómico para seguir con la fiesta. El recuerdo a las ausentes estuvo muy presente una vez más. Por ellas, dispararon hasta tres txupines cada una.