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KOLABORAZIOA

Frontex-UPNA-Tracasa Instrumental


Desde el colectivo Proyecto Exopia leemos con estupor e indignación las noticias últimamente publicadas sobre la colaboración entre la entidad pública UPNA, la empresa pública Tracasa Instrumental y Frontex (Agencia Europea para la Guardia de Fronteras Externas de la Unión Europea)... El cometido de dicha colaboración entre entidades consistiría en el desarrollo de un modelo de inteligencia artificial que sea capaz de procesar a gran velocidad nubes de puntos LiDAR e identificar, bajo la capa forestal, objetos ocultos de interés para la vigilancia de fronteras, como pueden ser vehículos y refugios.

Nuestro colectivo, Exopia, nació para dar visibilidad y apoyo a las personas en tránsito, y como tal, el objetivo de la colaboración UPNA-Tracasa Instrumental-Frontex choca frontalmente con nuestra concepción del libre movimiento de personas. Lo más grave es que semejante «avance tecnológico» únicamente incide en el aspecto (casi) final de la cadena migratoria: el de aumentar el control sobre los movimientos de la gente. Nunca se invierte en neutralizar las razones por las que esas personas tienen que abandonar su tierra, su casa, amigos, amores, familia... Tampoco se invierte en optimizar y minimizar el impacto que supone para ellas iniciar todo ese proceso de movilidad, ni en agilizar los trámites para sus demandas de asilo, trabajo, acompañamiento... en humanidad, en definitiva.

Para nosotras no es de recibo gastar el dinero público en colaboraciones con organismos opacos, de dudosa ética moral y que hasta podríamos calificar de perversos, como Frontex. Las breves «pinceladas» que apuntamos a continuación no dejan lugar a duda.

Tras el nombre de Frontex, que pudiera parecer tan aséptico: Agencia Europea..., se esconde un organismo que, en la práctica, opera como una fuerza armada europea con escasa rendición de cuentas y que en la actualidad se halla bajo investigación por parte de la Oficina Antifraude de la UE (OLAF).

Ha tenido que responder ante el Tribunal General de la Unión Europea y el Parlamento Europeo por devoluciones ilegales sin respetar el derecho a la petición de asilo de cientos de personas y por mala praxis. Fue denunciada por organizaciones como Sea-Watch, Human Rights Watch y Amnistía Internacional y verazmente documentada por medios como “Público”. De hecho, Fabrice Leggeri, director de Frontex, tuvo que comparecer y posteriormente dimitir por estas actuaciones...

Incluso el Defensor del Pueblo de la Unión Europea ha llamado la atención a la Agencia por su falta de transparencia y su mínimo control parlamentario.

En julio de 2025, se reveló que Frontex transfirió datos personales de más de 13.000 migrantes y activistas a Europol de manera ilegal, sin garantías jurídicas ni consentimiento informado. Una investigación de “Le Monde”, Solomon y “El País” revela la implicación de Frontex y Europol en prácticas opacas y legalmente cuestionables que conducen a la criminalización de migrantes y activistas de la UE que los ayudan o que han estado en contacto con ellos.

El SEPD (Servicio Europeo de Protección de Datos) ha concluido que la Agencia transmitió ilegalmente datos personales operativos durante cuatro años a Europol.

Por todo ello demandamos que el dinero público se invierta en investigación pero no para ese tipo de «seguridad», hay muchísimos más campos susceptibles de mejora. La movilidad de las personas es una cadena y la mejor manera de romperla es incidir en su origen, en las razones que empujan a algunas gentes a tener que abandonar su tierra y su pueblo.

Es imprescindible no olvidar que el derecho a la libre movilidad está amparado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU de 1945, tal y como lo hace constar claramente en sus artículos 13 y 14.

(También firman este artículo Ana LARUNBE, David MORENO y Maria José ZAPATA, en nombre del colectivo Proyecto Exopia)