13 OCT. 2025 LIGA ACB Llega el primer triunfo de la era Galbiati, por la vía del electroshock Sin Howard, descartado, ni Kurucs, lesionado, los gasteiztarras voltearon un 20-40 adverso con Forrest a nivel MVP y gran mejoría en el juego colectivo. Trent Forrest, MVP del duelo y de la jornada. (Endika PORTILLO | FOKU) Arnaitz GORRITI {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} ¡Por fin llegó la primera victoria de Saski Baskonia! Y desde la primera temporada de Joan Peñarroya al frente del banquillo de Saski Baskonia, los gasteiztarras batieron al Real Madrid después de dos años largos de barbecho. Y para culminar un primer párrafo alegre en esta campaña del cuadro baskonista, Trent Forrest lograba el MVP de la jornada gracias a sus 26 puntos -con 19 tiros libres sin fallo-, 7 asistencias y 43 de valoración. Pero más allá del galardón individual, emergió en toda su expresión como líder absoluto del Baskonia. Y llegó el día en el que el descarte del extracomunitario fue nada menos que Markus Howard. Y llegó el día en el que Rodions Kurucs se lesionó, aparentemente por culpa de una recaída de su problema en la fascia plantar. Y llegó, sobre todo, remontando un 20-40 adverso, resultado que vino después de un primer cuarto calamitoso y un arranque en el segundo período para nada halagüeño. El lema del Baskonia para esta campaña pregunta a sus aficionados si son creyentes. Ayer, por fin, los jugadores dieron a su gente un motivo para creer, aunque fuese por la vía del electroshock. Porque el arranque fue como para salir despavorido del Buesa Arena: parcial de 18-34, con un Lyles provocando una hemorragia tremenda en la «defensa», entre comillas, de los muchachos de Paolo Galbiati. Hasta que llegó el momento del 20-40 y los jugadores baskonistas se quitaron los complejos. A golpe de talento individual, Luka Samanic compensó en ataque sus debes defensivos; también lo hizo Tim Luwawu-Cabarrot, sobre todo tras hacerse pitar una técnica, que empezó a limar la desventaja y a despertar a los 11.000 valientes reunidos en el Buesa Arena. Solo faltaba convertir en colectiva la reacción individual. La pareja de bases conformado por Nowell y Forrest cosió esos hilos sueltos y, sobre todo, la defensa por fin fue digna de ese nombre. Tras el empate a 75, el Real Madrid se fue 75-81, pero la réplica fue un parcial de 9-0, y tras la última ventaja madridista, 86-88, los gasteiztarras respondieron con un 11-0 para, por fin, sumar el triunfo.