16 OCT. 2025 El secretario de Belate no corrobora que el presidente votara el último Nuevo revolcón en la comisión de investigación sobre el desdoblamiento de Belate. El secretario y principal denunciante de irregularidades, Lorenzo Serena, matiza su versión, que es sobre la que se asienta el informe de la Oficina Anticorrupción. Serena extiende sus sospechas a otra contratación, la del tramo 3 de la 121-A. Irati Jiménez, presidenta de la comisión, recibe a Lorenzo Serena. (Iñigo URIZ | FOKU) Aritz INTXUSTA IRUÑEA {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} La versión de lo sucedido en la mesa de contratación de Belate defendida por su secretario, Lorenzo Serena, tuvo una variante trascendente. Ayer ya no sostuvo que el último en emitir las puntuaciones fuera el presidente de la mesa, Jesús Polo, aunque no dejó de insinuarlo. Polo declaró el martes que él no emitió las puntuaciones siendo conocedor de las valoraciones del resto de técnicos que componían la mesa. El presidente aseguró que fue el tercero de cinco. Serena, preguntado por este desmentido del día previo, aseguró: «Si lo dice, será verdad». Serena sostuvo que él, en su voto particular, no mantuvo en ningún momento que Polo fuera el que puntuara el último y, en consecuencia, decantara la concesión hacia la UTE Acciona, Osés y Servinabar. Sin embargo, no solo sí que lo dio a entender así en el Senado, sino que esta actuación irregular es en la que se basa el informe de la Oficina Anticorrupción de Navarra (OANA) para dictaminar la nulidad de pleno derecho de esta adjudicación. Concretamente, la OANA sostiene que «en la valoración de los criterios cualitativos, cuatro miembros de la Mesa de Contratación remitieron sus puntuaciones al presidente, y éste determinó la suya teniendo conocimiento de las asignadas por los demás». Serena aclaró que él se refería a que a la mesa de contratación llegó un documento remitido por Polo en el que ya se recogían directamente todas las puntuaciones de los cinco miembros con perfil técnico, incluido el del propio Polo. Por otro lado, recordó que emitió su voto particular después de que en deliberaciones de la mesa escucharan por parte de cinco miembros rumores de que ya se sabía quién iba a ser el adjudicatario, Acciona. No obstante, admitió -como le afeó Adolfo Araiz, de EH Bildu- que no llegó a recoger en el acta este «runrún» sobre el ganador. Serena también reconoció ante Araiz que esta fórmula de que el presidente enviara a la vez todas las puntuaciones técnicas era una práctica habitual. También señaló que esta contratación, cuyos trámites se estaban demorando por las diferencias entre los cinco técnicos que valoraban los proyectos y los juristas (que acabaron emitiendo tres votos particulares, incluido el de Serena), era muy seguida por el Departamento. Manifestó que, sobre todo, esto tenía que ver con la amenaza de Europa de cerrar Belate por motivos de seguridad. Sombras en el tramo 3 La otra gran sorpresa de la comparecencia surgió cuando Serena habló de otra concesión de la N121-A, concretamente del tramo 3, cuyo procedimiento se «bloqueó» sospechosamente cuando ya estaban valoradas varias de las propuestas. Javier Esparza, de UPN, le preguntó sobre un correo en el que Serena manifestaba sus sospechas de que el tramo 3 se había paralizado porque iba a ser el «premio de consolación» para quien perdiera la adjudicación de Belate. El secretario se negó a contestar más, asegurando que el asunto lo está investigando ya la OANA. Serena, que lleva trabajando desde 1996 en «cientos» de mesas de contratación y que se estabilizó como funcionario en 2024, expresó que las prácticas corruptas y colusorias por parte de grandes empresas en obra pública son una realidad. Y asguró que, en 2019, detectó indicios de estas prácticas en una contratación de obra pública en Nafarroa, pero que no le dejaron hacerlas constar en las actas. «La necesidad de que concurriese esta empresa [en referencia a Servinabar] habrá que preguntársela a los concurrentes. Jurídicamente, no tenía sentido». «En ninguna otra mesa me han dicho cinco miembros que se sabe quién se la va a llevar [la adjudicación] y es esa». «Lo que hice es constar en acta cuando hay alguna anomalía. Ver en eso un significado político creo que es un error y espero que salga la verdad de lo que pasó en esta comisión».