30 OCT. 2025 Los neerlandeses dan la espalda a la ultraderecha en las urnas Los votantes neerlandeses dieron ayer la espalda al líder de extrema derecha, Geert Wilders, en favor de un partido centrista, el D66, que se perfilaba como ganador en las elecciones anticipadas, según los primeros sondeos a pie de urna publicados al cierre de la votación. Rob Jetten (d), junto a su esposo, Nicolas Keenan, anoche. (ANP | AFP) GARA LA HAYA {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} El partido de centro Demócratas 66 (D66), impulsado por la buena imagen de su líder, Rob Jetten, se perfilaba anoche, según el sondeo a pie de urna publicado al cierre de los colegios electorales por la encuestadora Ipsos I&O, como triunfador en las elecciones generales anticipadas celebradas ayer en Países Bajos tras dar la sorpresa y desbancar y relegar al segundo lugar a la opción a la que las encuestas situaban como opción favorita pese a la pérdida de apoyos, el ultraderechista Partido por la Libertad (PVV) del islamófobo Geert Wilders, quien hizo caer al Gobierno en junio. Según Ipsos, el partido centrista D66 de Rob Jetten obtendría 27 de los 150 escaños del Parlamento, por delante del PVV, que se esperaba que consiguiera 25, doce menos que los conseguidos tras su contundente victoria electoral de 2023. Se preveía que el liberal de centroderecha Partido Popular para la Libertad y la Democracia (VVD) lograría 23 escaños, mientras que la alianza de izquierda Verde/Laborista conseguiría 20. En Países Bajos, las encuestas a pie de urna generalmente reflejan bastante bien la composición del Parlamento, pero la distribución de escaños podría cambiar a medida que avanza el recuento. De confirmarse estos datos, Rob Jetten, de 38 años y proeuropeo, se perfila como el probable candidato a primer ministro. Las elecciones neerlandesas fueron seguidas con atención en toda Europa, ya que se esperaba que brindaran la oportunidad de evaluar el alcance del auge de la extrema derecha en el continente, especialmente en Gran Bretaña, Estado francés y Alemania. La campaña se centró principalmente en la inmigración y la crisis de la vivienda, que afecta de manera desproporcionada a los jóvenes en este país densamente poblado. Independientemente del resultado final, era improbable que Wilders se conviertiera en primer ministro, ya que los principales partidos han descartado cualquier colaboración futura con él, considerándolo poco fiable o sus opiniones, inaceptables. LARGA NEGOCIACIÓN Una vez conocido el resultado final, comenzará un largo período de negociaciones entre partidos para determinar quién quiere colaborar con quién, un proceso que podría durar meses. En Países Bajos, el sistema político está tan fragmentado que ningún partido puede obtener los 76 escaños necesarios para gobernar en solitario. Por lo tanto, el consenso y las coaliciones son esenciales. «Sin duda, Países Bajos tardará en recuperar la estabilidad y formar una nueva coalición», observó Sarah de Lange, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Leiden. «DIFERENTE»Geert Wilders admitió que esperaba un resultado «diferente» en las elecciones neerlandesas, que, según los sondeos a pie de urna, ganó un partido centrista, relegando al PVV al segundo lugar. «Los votantes se han pronunciado. Esperábamos un resultado diferente, pero nos mantuvimos fieles a nosotros mismos», escribió en la red social X.