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OSASUNA

El fútbol retrocede 25 años en el Tartiere: mucho contacto sin goles

Después de un cuarto de siglo sin visitar Oviedo, el encuentro fue muy accidentado, con el exrojillo Nacho Vidal magullado y con vendaje en la cabeza, Lucas Torró lesionado en el tobillo, alguna que otra ocasión de Osasuna y reparto de puntos sin goles.

Abel Bretones pugna el balón con un pletórico Nacho Vidal en el Carlos Tartiere de Oviedo. (AGENCIA LOF)

Hacía 25 años que Osasuna no visitaba el mítico Carlos Tartiere, pero en pleno 2025 y por lo visto ayer, el fútbol pareció no haber evolucionado desde entonces. Jugadores con bigote -el ex rojillo Nacho Vidal-, camisetas por dentro de los pantalones -el propio Vidal y el ex del Oviedo Lucas Torró-, mucho contacto... y hasta futbolistas en el suelo golpeados, magullados o lastimados -el bueno de Vidal se las llevó todas-. Para más inri, un lunes futbolero nocturno sin goles.

Alessio Lisci tocó más piezas que su rival, incluido el dibujo táctico, y apostó por primera vez en la temporada por una línea de cuatro en defensa. Raúl García de Haro entró por Osambela y de esta forma pasaron a un 4-4-2.

El Oviedo llegaba a la cita tras su accidentado paso por la Copa, donde cayó eliminado a las primeras de cambio. Y accidentado comenzó también el encuentro del Tartiere. Primero en contra de Osasuna, ya que en los primeros cinco minutos los asturianos dispusieron de dos ocasiones claras tras aprovechar la demasiada facilidad defensiva rojilla.

Pero después el juego se detuvo por el golpe que recibió Nacho Vidal por parte de un compañero en la cara con los tacos. El lateral tuvo que ser atendido varios minutos en el césped al sangrar en abundancia y, aunque se retiró a la banda, pudo seguir jugando ante sus excompañeros, incluso más tarde con un aparatoso vendaje en la cabeza. Después llegó la lesión de Lucas Torró en el tobillo al caer mal en un salto con Rondón. El mediocentro rojillo siguió varios minutos más sobre el verde, pero tuvo que ser sustituido poco después por Iker Muñoz.

POR FIN, LAS OCASIONES

Dos Muñoz en el campo y uno de ellos comenzó a llevar peligro a la meta del Oviedo. Un centro de Víctor Muñoz a pie cambiado por la izquierda lo cabeceó Raúl García de Haro a las manos del portero. Solo dos minutos después, jugada parecida, pero ahora era Budimir, a la media vuelta, quien enviaba un balón mordido a las manos de Aarón Escandell, uno de los mejores jugadores del Oviedo en este inicio de Liga.

El mismo delantero croata tuvo la mejor ocasión en el minuto 28, pero su cabezazo tras centro de Rubén García la volvió a sacar el portero, esta vez a saque de esquina. Otro cabezazo de Víctor Muñoz fue lo último de reseñar en la primera parte del encuentro.

La segunda mitad fue por los mismos derroteros. Juego a trompicones e Iker Muñoz tendido en el suelo, por otro golpe tras una disputa.

En el 70 llegó la esperanza o ilusión de la afición rojilla con la vuelta de Aimar Oroz, el faro de este equipo. Fue Abel Bretones quien más lo intentó, le siguió Víctor Muñoz con una super carrera sin premio y el partido se abrió, pero nadie fue capaz de abrir el marcador.