14 NOV. 2025 EDITORIALA Otro menosprecio a una ILP de PNV y PSE {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} La Iniciativa Legislativa Popular sobre el salario mínimo propio llegó avalada por una amplia mayoría sindical formada por ELA, LAB, ESK, Steilas, Hiru y Etxalde y por 138.495 firmas. La ILP pedía al Parlamento de Gasteiz que propusiera a las Cortes españolas que legislaran para que la CAV pudiera fijar un SMI propio. Una demanda sencilla y lógica, teniendo en cuenta las importantes diferencias en el coste de la vida entre las diferentes comunidades del Estado. Sin embargo, PNV, PSE, PP y Vox votaron en contra de que se tramitara. Y tal y como hicieron con la ILP sobre el complemento a las pensiones de jubilación, se negaron incluso a debatir, limitándose a explicar su voto. Una decisión que muestra prepotencia y desprecio hacia cualquier iniciativa popular, además de socavar la democracia, al anular de facto un instrumento recogido en la ley para la participación ciudadana. La principal razón esgrimida por PNV y PSE para negarse a la tramitación estuvo revestida de lenguaje jurídico para ocultar su vacuidad. Básicamente argumentaron que la ILP no permitía la transferencia de la competencia sobre el salario mínimo, de modo que tampoco quería tener la capacidad de legislar. Un argumento sorprendente, ya que no sería la primera competencia estatal que es gestionada por la Administración vasca para la que carece de capacidad de legislar, empezando por un buen número de impuestos. De hecho, transferir la competencia nunca ha sido un obstáculo para ampliar los ámbitos de gestión. La razón de esta incongruencia, especialmente reseñable en un partido como el PNV que habla constantemente de ampliar el autogobierno, está en que cerrar la vía parlamentaria supone echar un enorme capote a la patronal vasca. Confebask sigue enrocada en su negativa a negociar un salario mínimo con los sindicatos. La cuestión es que avanzar en cuestiones socioeconómicas obligaría al Gobierno de Lakua a posicionarse frente a las demandas mayoritarias de las y los trabajadores de este país. Ni Ejecutivo de Pradales hacen ahora, diciendo que eso se decide en Madrid. Ampliar la soberanía es la clave para mejorar las condiciones de vida.