24 NOV. 2025 AZKEN PUNTUA Hecatombe Iñaki LEKUONA Periodista {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} Pues nada, se confirma, parece que desfilamos hacia la guerra. Lo ha presagiado el jefe del Estado Mayor francés que, como su predecesor hace un par de años, insiste en un patriótico «si nuestro país flaquea porque no está dispuesto a aceptar perder a sus hijos, (...) entonces estamos en riesgo». Es curioso que el enemigo siempre sea el foráneo. Como igualmente curioso es que en las guerras siempre sean los hijos de otros los que acaben escribiendo su nombre en las lápidas. Pero no, no estamos en riesgo por no aceptar que nuestra prole muera en guerras ajenas; lo estamos por dejar que el sistema alimente dirigentes que engendran conflictos con el único objetivo de generar más y más beneficios en una carrera de lujo y opulencia que se nutre de la miseria ajena; lo estamos por permitir que el sistema proteja siempre a los suyos, como a Nicolas Sarkozy dejándolo salir de prisión apenas veinte días después de haber ingresado por delitos graves de corrupción y asociación de malhechores, cuando miles de reclusos siguen pudriéndose tras los barrotes por simples delitos menores. Pues nada, se confirma, parece que desfilamos hacia la extinción. Lo predice que Diario de un prisionero, una ficción de 216 páginas en la que el expresidente victimiza sus veinte días a la sombra, apunte a betseller del año. No es guerra, es una hecatombe.