01 DIC. 2025 GENOCIDIO EN GAZA Palestinos e iruindarras bailan de la mano Los bailarines palestinos de Hattah se hermanaron el sábado con los dantzaris iruindarras de Duguna en un encuentro intercultural de música y baile celebrado en la capital de Nafarroa. La vieja estación de autobuses se llenó de espectadores que aplaudieron y corearon «Free Palestine» al ritmo de los txistus. Bailarines de Hattah y Duguna después de entregar los pañuelos, bailando en la antigua estación de autobuses de Iruñea. (Gorka RUBIO | FOKU) Ilargi AVILA {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} Decenas de personas se reunieron el sábado en la antigua estación de autobuses de Iruñea para recibir a los bailarines del grupo de baile cisjordano Hattah. Los ocho jóvenes, vestidos con su traje tradicional, salieron acompañados por los dantzaris de Duguna, de Iruñea. Ambos grupos participaron en el encuentro organizado por Yala Nafarroa. La portavoz de la plataforma, Lidón Soriano, incidió en las múltiples dificultades que tuvieron que sortear para hacer realidad este momento debido a las trabas impuestas a los invitados cisjordanos para viajar. Agradeció al Ayuntamiento de Iruñea que hubiese facilitado el espacio con tan poca antelación, puesto que no había seguridad de que los bailarines que componen Hattah fueran a llegar a tiempo para llevar a cabo la actuación. «A uno de ellos lo detuvieron durante seis horas, pero al final consiguieron llegar todos», relató. Llegados de Nablus, Cisjordania, deleitaron al público con una demostración de su tradicional danza Dabke, en recuerdo de la población refugiada que echa de menos Palestina. La enérgica música árabe escogida puso en pie a los asistentes, que aplaudieron largo y tendido durante la actuación de los bailarines. Los dantzaris de Duguna salieron a bailar sus propias piezas, más sobrias y pausadas que las de sus compañeros palestinos, generando un llamativo contraste de tradiciones y culturas. El momento más esperado fue la fusión de ambos bailes en una sokadantza en la que participaron todos los bailarines y miembros de Yala Nafarroa. El broche final lo puso el acto de hermanamiento rentre los dos grupos, momento en que los dantzaris de Duguna entregaron a cada uno de sus compañeros palestinos un pañuelo rojo, atándolo con sumo cuidado alrededor de su cuello. La actuación finalizó con una espiral de txapelas rojas y keffiyehs y el intercambio de palabras, risas y abrazos. Los integrantes de Hattah no pudieron reprimir la emoción al ver a todos los asistentes corear al unísono «Free Palestine» en apoyo a los miles de palestinos que continúan sufriendo la ocupación y en contra del genocidio. Meera, estudiante de Medicina, no pudo contener las lágrimas. «Quiero deciros a todos que valoramos vuestro apoyo y lo agradecemos mucho», remarcó en inglés. A su lado, Kareem, estudiante de Odontología, relató el largo viaje que tuvieron que realizar hasta llegar a Iruñea. «Salimos de nuestro país el jueves por la mañana y hemos llegado aquí esta mañana -por el sábado-. Viajamos durante dos días, de Palestina a Jordania, de Jordania a Estambul y luego, hasta aquí», resumió. Jóvenes sin libertad Junto a su compañero Ghassan, denunció el aumento de la represión en Cisjordania. Ese mismo sábado, al menos diez palestinos resultaron heridos en un nuevo ataque de colonos israelíes en la zona de Jalail al Luz, al este de Belén. Mientras en Tubas, el Ejército continuó con sus operaciones por cuarto día consecutivo, extendiéndolas a la cercana localidad de Aqaba y Tayasir. Las actuales operaciones en Tubas se suman a la macrooperación que Israel mantiene desde el 21 de enero en los campamentos de refugiados de Yenín y los de Nur Shams y Tulkarem. Además de las redadas militares cada noche, remarcaron los impedimentos para, incluso, poder estudiar con normalidad. «Cuando vamos a hacer los exámenes, a veces los soldados cortan las calles y no podemos ir a los exámenes ni a la universidad», expresó con indignación Kareem. Ghassan, estudiante de Ciberseguridad en Nablus, detalló que esta titulación se enfrenta a muchas trabas debido a que «los israelíes tienen miedo a que aprendamos demasiado sobre ciberseguridad, para defendernos». Pese a todas las trabas que acarrea vivir bajo un constante régimen de ocupación, esperan graduarse dentro de poco. «Solo me quedan dos años de carrera y seguimos sin tener libertad. Echamos de menos una libertad que nunca hemos tenido», manifestaron. Meera no pudo contener las lágrimas ante las muestras de solidaridad. Ghassan explicó las trabas que les pone Israel para estudiar