06 DIC. 2025 ADIÓS A FRANK GEHRY, UNA SUPERESTRELLA DE LA ARQUITECTURA MUNDIAL Fallece Frank Gehry, un arquitecto que deja huella de Bilbo a Eltziego El arquitecto estadounidense-canadiense Frank Gehry falleció ayer a los 96 años de edad en su casa de California «tras una breve enfermedad respiratoria». El diseñador de edificios emblemáticos como el Museo Guggenheim de Bilbo o la bodega Marqués de Riscal de Eltziego fue uno de los pocos en su profesión que alcanzó el estatus de superestrella en todo el mundo. Frank Gehry, en la gala del MOCA de los Ángeles, el pasado mes de mayo. (Presley ANN | GETTY IMAGES NORTH AMERICA) GARA BILBO {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} Algunos lo han calificado de padre del Bilbo moderno. Probablemente no sea para tanto, pero la huella del arquitecto estadounidense-canadiense Frank Gehry ha quedado sin duda en el skyline de la capital vizcaina gracias al Museo Guggenheim, al que siguieron otras creaciones arquitectónicas en Euskal Herria. Falleció ayer, ya con 96 años de edad. El Guggenheim no fue su única creación en Euskal Herria. De hecho, tenía prevista una segunda gran instalación que nunca se concretó por la crisis inmobiliaria, según apuntó el Ayuntamiento de Bilbo en 2014, sin dar más datos. Fue al colocar la primera piedra del puente de Zorrotzaurre, también obra suya. La joya de titanio junto a la ría de Bilbo fue de algún modo transportada luego por Frank Gehry a Arabako Errioxa, al levantar la bodega de Marqués de Riscal en Eltziego, que también revolucionó el turismo en la zona en sus primeros años. UN LEGADO RESPLANDECIENTE Dos encuestas internacionales conocidas en 2010 situaban al Museo Guggenheim de Bilbo como uno de los principales iconos arquitectónicos mundiales del siglo XX. Para entonces ya llevaba trece años construido, pero, pese al paso de los años, el edificio no ha perdido magia ni atractivo. Por citar otro ejemplo de su impacto, el museo bilbaino fue evocado por Barack Obama, presidente de Estados Unidos (2009-2017), cuando entregó a Gehry una de las llamadas Medallas Presidenciales en 2016. En una entrevista a ETB hace ahora tres años, recordaba que emprendió su carrera casi por casualidad, aconsejado por un profesor cuando ni se le había pasado por la cabeza: «Yo venía de una familia pobre, trabajaba como camionero y estudiaba por las noches». Dotado de un fino sentido del humor, ironizaba con que aquella decisión «me ha ido bien». Y recordaba que cuando ganó el concurso de Bilbo había quien no estaba de acuerdo porque le creían «un renegado que usaba materiales baratos». Estudio para ello la idiosincrasia y el arte vasco. Explicaba que le impactó «su claridad» y el hecho de que, «si hacías un acuerdo, no tenías que ponerlo por escrito, era para siempre». Tanto le enamoró Euskal Herria en esa época que valoró mudarse a Mundaka. Gehry, que nació en Toronto (Canadá) y se trasladó a Los Ángeles (EEUU) cuando era un adolescente, murió en su casa en la localidad californiana de Santa Mónica tras sufrir «una breve enfermedad respiratoria», según reveló su jefa de gabinete, Meaghan Lloyd. Como arquitecto, Gehry comenzó a destacar en la década de los 70 por sus edificios de formas esculturales que combinan materiales industriales poco comunes con otros como el titanio y el vidrio. Desde finales de los 80, su nombre se ha asociado al movimiento deconstructivista, caracterizado por la fragmentación y por la ruptura de un proceso de diseño lineal, que da como resultado edificios de apariencia impactante. Entre los ejemplos más destacados se encuentra el edificio Nationale-Nederlanden, conocido como Casa Danzante, de Praga (1996). Entre sus obras destacan, además, el Museo Aeroespacial de California (1984), el Museo Vitra Design, en Weil am Rhein, Alemania (1989), el Museo de Arte Frederick Weisman en Minneapolis (1993), el edificio del Banco DZ en Berlín (1998), la Torre Gehry en Hannover (2001), el Centro Stata del Instituto Tecnológico de Cambridge (2003), el Walt Disney Concert Hall (2003) y el Centro Maggie's Dundee en Escocia (2003). Gehry también ha trabajado en un museo de arte contemporáneo en París para la Fundación Louis Vuitton; el diseño de su primer parque infantil en Nueva York, en el extremo sur de la isla de Manhattan conocida como The Battery; así como en la reforma y recuperación del parque Mayer de Lisboa, que incluyó la restauración del Teatro Capitolio. FAMAPese a no gustarle demasiado esa etiqueta, Frank Gehry fue una personalidad tan destacada que incluso apareció en «Los Simpson». En 1989 recibió el prestigioso premio Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura.