07 DIC. 2025 DERBI EN MENDIZORROTZA Boyé decide desde los once metros un derbi parco en juego y ocasiones El Alavés se impuso por la mínima a la Real con una pena máxima por manos de Aritz que el atacante argentino convertía con ciertas dosis de suspense, justo antes del descanso. En la segunda mitad los donostiarras apretaron en busca del empate, pero no tuvieron la claridad necesaria frente a un conjunto local que supo defender el resultado sin demasiados apuros. «Montonera» de celebración del gol decisivo de los jugadores del «Glorioso». (Endika PORTILLO | FOKU) Imanol INTZIARTTE {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} Poco juego, menos ocasiones -casi todas a balón parado- y un derbi decidido en una jugada fortuita, con un balón que golpeaba en el brazo de Aritz Elustondo. Penalti tras el aviso del VAR, que Lucas Boyé mandaba al fondo de la red en el alargue de la primera parte, aunque Remiro estuvo muy cerca de impedirlo. La segunda parte, por otro lado, resultó un quiero y no puedo de la Real, frente a un Alavés que supo defender su renta con uñas y dientes y sumar tres puntos para colocarse en la clasificación con 18 y adelantar a su rival, que se queda con 16 y un mal sabor de boca. A pesar de las derrotas cosechadas en la última jornada, ambos técnicos habían dejado claro que estaban satisfechos con el rendimiento de los suyos ante Barcelona y Villarreal. Así, Eduardo ‘Chacho’ Coudet solo presentaba un único cambio, y obligado, respecto al once del Camp Nou, con la entrada de Ander Guevara como mediocentro en el lugar del sancionado Antonio Blanco. Mientras, Sergio Francisco repetía el equipo titular que salió de inicio ante el submarino amarillo, con Elustondo en el centro de la zaga junto a Jon Martín y Barrene en el banquillo, con un triplete ofensivo formado por Kubo, Guedes y Sadiq. Los donostiarras portaban brazalete negro por el fallecimiento el jueves, a los 96 años, de José Juan Ramos, socio número 1 del club. A BALÓN PARADO El primer aviso lo dio el Alavés a los 13 minutos, aprovechando su buen trabajo a balón parado, que se suma a los problemas realistas en dicha faceta. El testarazo de Lucas Boyé al saque de una falta botada por Rebbach se escapaba a pocos centímetros de la escuadra de Remiro. El conjunto local llevaba la manija, y solo un mal control impedía a Calebe plantarse uno contra uno ante el meta de Cascante. Una pérdida de Brais obligaba a Gorrotxa a ver la amarilla tras frenar con un agarrón a Denis Suárez. Del ataque realista no había noticias, pero Soler casi anota tras un saque de córner de Sergio Gómez. El valenciano remataba en el área pequeña, pero Sivera hizo alarde de sus reflejos para sacar su testarazo picado (m.32). Tres minutos más tarde era Jon Martín el que volvía a intentarlo, con un cabezazo a la parte exterior del poste tras un saque de falta, otra vez, de Sergio Gómez. Como en tantos y tantos derbis, el juego brillaba por su ausencia y las ocasiones llegaban únicamente desde la pizarra. La primera parte agonizaba hacia la nada cuando ya con el tiempo cumplido el balón golpeaba en el brazo de Elustondo y Alberola Rojas, advertido por el VAR, señalaba los once metros. Lo transformó Boyé con suspense -el balón pasaba bajo el cuerpo de Alex Remiro- para poner al Alavés en ventaja antes del descanso (1-0, m.49). En un partido tan rácano en cuanto a juego, el botín parecía un yacimiento de oro puro. OCASIONES PARA REMACHAR El Alavés olía la sangre y regresaba de los vestuarios con ganas de remachar la faena. Remiro tuvo que lucirse en un disparo de Rebbach que se envenenó tras tocar en Gorrotxategi. El argelino disparó alto poco después. La Real era un boxeador agarrado a las cuerdas, rezando para que no llegara el KO. Coudet quitó a Calabe para aprovechar la chispa de Carlos Vicente, y Sergio Francisco retiraba a los desafortunados Sadiq y Elustondo -no solo por el penalti- para dar entrada al talismán Barrene y a Caleta Car. La Real se desperezaba por fin y comenzó a mover el balón con algo de criterio, metiendo en su campo al Alavés, que trataba de aguantar la ventaja. Boyé pudo sentenciar tras un robo en la presión, pero se lo impidió Remiro. A falta de un cuarto de hora para el noventa, Guevara y Rebbach cedían su lugar a Protesoni y Aleñá. Coudet buscaba oxígeno para que su centro del campo no se sintiera desbordado. Fue antes de que Sergio Francisco quemara sus naves dando entrada a Zakharyan y Karrikaburu por Gorrotxategi y Kubo. El crono apretaba a los donostiarras, que no conseguían meter el miedo en el cuerpo a Sivera, Barrene remataba muy desviado, el público de Mendi seguía animando para romper la racha de tres derrotas consecutivas, Karrika no encontraba puerta tras una jugada de Guedes y el bombardeo realista al área de los minutos finales tampoco dio frutos. CLASIFICACIÓNDespués del gol de Boyé, el Alavés supo defender su renta con uñas y dientes para sumar tres puntos, rompiendo una racha de tres derrotas consecutivas, colocarse en la clasificacion con 18 y adelantar de paso a la Real, que se queda con 16 puntos y un mal sabor de boca.