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BALONCESTO

La solidez baskonista hace parecer al Mónaco un equipo con limitaciones

Tras cuatro años de sequía, por fin los gasteiztarras lograron derrotar al cuadro monegasco, con una buena intervención de muchos jugadores. Cuando Mike James amenazó la remontada con un parcial de 0-14, Luwawu-Cabarrot y Forrest dieron la réplica.

Trent Forrest fue uno de los líderes del Baskonia en los minutos de la verdad. (EUROPA PRESS)

¡Ya venía siendo hora de superar al AS Mónaco! Por fin, después de más de cuatro años de sequía, Saski Baskonia superaba anoche a la escuadra monegasca en un duelo en el que, a partes iguales, la defensa baskonista obligaba al desacierto rival y viceversa. Salvo un parcial de 0-14 liderado por Mike James en el tercer cuarto, los de Vassilis Spanoulis estuvieron siempre a remolque de los gasteiztarras, sin hallar continuidad en su acierto y fallando tiros fáciles, o atascándose ante los de Galbiati.

También fue el debut de Eugene Omoruyi, todavía sin que el buen señor lograse demostrar gran cosa, aunque por no intentarlo no fue. Sin que ningún jugador hubiera estado del todo brillante en el seno gasteiztarra, al menos hubo una contribución global de los jugadores, con momentos de brillo o acierto para casi todos, cada cual en lo suyo. Khalifa Diop daba solidez a la defensa baskonista, Trent Forrest recuperó la titularidad con todas las de la ley y Markus Howard, pese a caer con cinco faltas, dio un buen relevo anotador a un Luwawu-Cabarrot menos brillante que otros días, al menos hasta los minutos finales, en los que sí brilló.

Incluso Spagnolo y Frisch, con dos canastas de pura suerte al final del tercer acto, dieron aire a un Baskonia necesitado de esos cinco puntos cuando el Mónaco se arrimaba peligrosamente. Por cierto, el descarte de Galbiati fue Nowell, dando el rol de segundo base a Kobi Simmons, aunque su contrato esté a punto de expirar. O quizá por ello.

Una de las mejores noticias de este partido, aparte de sumar la sexta victoria en esta Euroliga, fue limitar el impacto del Mónaco a la inspiración de Mike James, único jugador junto a Daniel Theis en alcanzar la barrera de los diez puntos, mientras que Forrest, Howard, Radzevicius y Luwawu-Cabarrot anotaban 12 o más por cabeza. Elie Okobo era el primer sostén de los de Spanoulis, pero las faltas sacaron del partido al escolta internacional francés, mientras que jugadores como Kevarrious Hayes deslucieron su carrera fallando lanzamientos impensable a menos de un metro.

Así las cosas, un Mónaco que firmó un 20 de 52 en tiros de dos puntos -un 38%- y un 4 de 19 en triples -21%- apenas si lograba mantenerse en el partido al descanso: 43-34, convertido en un 54-38 en el que casi quedaba finiquitado el partido en el tercer acto.

DEL SUSTO AL GUSTO

Ese fue el momento de Mike James, liderando un parcial de 0-14 que ponía el marcador en 54-52, siendo este el único momento de zozobra del baskonismo durante toda la noche. La defensa monegasca ponía toda su dureza con cierta aquiescencia arbitral -en los dos aros- y la genialidad del exbaskonista volvía a hacer pasear los fantasmas de una remontada entre los 7.234 valientes reunidos.

Un triple a tablero de Frisch y una suspensión milagrosa de Spagnolo dieron aire a los gasteiztarras, que luego empezaron a encontrar a Luwawu-Cabarrot para finiquitar el partido. El francés supo esperar su momento, junto con un Trent Forrest totalmente recuperado de sus lesiones y auténtico jefe cuando decidía ser él el ejecutor de las jugadas. Así las cosas, pese al empuje de Mike James, los improbables triples de Begarin y los rebotes de Theis, ni cuando se ponía a cinco puntos en el último cuarto, 76-71, saltaron las alarmas.

Unas alarmas que sí sonaron en el banquillo monegasco -Vassilis Spanoulis se demoró en salir a dar sus declaraciones, luego de abroncar a gusto a sus muchachos- cuando los gasteiztarras volvían a irse con un colchón no muy extenso, pero sí con la confianza por las nubes. Rozando el 50% en triples -12 de 25- y moviendo el balón con criterio, los de Paolo Galbiati siguen mostrando una tendencia al alza de su juego, lo que supone mantener la solidez como local en la Euroliga, aunque también hay que sumar fueras de casa, como por ejemplo, en el Palau Blaugrana dentro de 48 horas.