19 DIC. 2025 [ MIRIAM NURNBERG ] Fallece a los 100 años la viuda del refugiado y activista vasco Mario Salegi (GARA) Iñaki EGAÑA DONOSTIA {{^data.noClicksRemaining}} Para leer este artículo regístrate gratis o suscríbete ¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión REGÍSTRARME PARA LEER {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Se te han agotado los clicks Suscríbete {{/data.noClicksRemaining}} Miriam Nurnberg, pareja desde 1952 del refugiado y activista vasco Mario Salegi, ya fallecido, ha muerto esta semana en Nueva York a lo 100 años. Cuando se casaron, Salegi tenía 34 años y ella, procedente de una familia judía diezmada por el Holocausto, 27. Salegi, militante comunista en la II República Española, abandonó su formación para afiliarse a ANV y combatir en la guerra en el Batallón Eusko Indarra. Tras la victoria franquista, trabajó para los Aliados en redes de espionaje, hasta que un barco norteamericano le trasladó a Nueva York. Participó en la campaña del Ejército de EEUU en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. A su regreso, y tras contactar con la diáspora vasca, conoció a Nurnberg en un homenaje a las Brigadas Internacionales en Nueva York y, a partir de entonces, compartieron todo tipo de actividades, públicas y clandestinas, por la causa vasca. Con la llegada del macartismo, ambos fueron expulsados a México. Nurnberg acabada de concluir el doctorado en Químicas. En 1959, cuando la caza de brujas remitió, volvieron a Nueva York y Nurnberg se colocó en la Universidad de Columbia para, con los años, trabajar en los laboratorios de varios premios Nobel. Fundaron el comité llamado Democrática Spain, en el que participaron Waldo Franck, Arthur Miller y Julio Álvarez del Vayo, con la finalidad de recaudar fondos para la resistencia al franquismo. Su sede se estableció en Ibero American Books, la librería que Salegi abrió en Broadway. En 1964, la librería recibió la visita de dos agentes del FBI que dijeron que era una tapadera de ETA. Al parecer, la agencia había detectado una entrevista previa entre Salegi y Txillardegi en Bruselas. Un año después y tras presiones españolas, la librería tuvo que cerrar. Tras un contacto posterior con Julen Madariaga, crearon un comité vasco con el objetivo de obtener fondos para ayudar a los presos vascos y ya con el proceso de Burgos en 1970, ambos participaron activamente en las protestas, junto a jóvenes de la Euskal Etxea y de la diáspora irlandesa. Salegi comenzó a viajar asiduamente a Ipar Euskal Herria, donde estableció contacto con los refugiados Peixoto, Argala, Txapela, Makazaga, Ezkerra, Txiki… y comenzó a distribuir los boletines de ETA (Zutik y Hautsi) en EEUU. La organización le puso un nombre figurado y se transformó en Carlos Legazpi. Desde el comite vasco, Salegi y Nurnberg enviaban mensualmente cientos de cartas a la diáspora vasca, activistas y universidades, distribuyendo publicaciones y solicitando fondos para la causa. A partir de 1977, ambos viajaron regularmente a Euskal Herria, convirtiendo su casa de Nueva York en refugio para quienes se preparaban para iniciar su recorrido vital en EEUU: María Zamacola, Bernardo Atxaga, Ainhoa Arteta, Mirentxu Purroy… Las conversaciones ern eternas y en los debates políticos Salegi ponía la pasión y Nurnberg la reflexión estratégica. Las cenizas de Salegi fueron aventadas en un monte de Euskal Herria en 2005, y las de Miriam, por deseo expreso, lo serán en el mismo lugar, la próxima primavera. Las cenizas de Mario fueron aventadas en un monte de Euskal Herria en 2005, y las de Miriam, por deseo expreso, lo serán en el mismo lugar, ya en la primavera de 2026.