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Moreno y Lisci, dos trayectorias de menos a más en Osasuna

El valenciano deja al equipo a un solo gol de Europa tras un mal inicio de año. El romano toma la batuta para dos años con una revolución que no termina de cuajar de arranque. La renovación y ampliación de Taxoare se pone en marcha y da gasolina a Luis Sabalza para otra reelección sin rival.


Séptima campaña seguida de Osasuna en Primera y segundo intento de transición tras la exitosa fase Arrasate. El primero fue difícil de valorar. Cuando arrancó 2025, Osasuna enlazaba una trayectoria de nueve partidos sin ganar que terminaría generando el adiós de Vicente Moreno.

Cierto es que, desde el 2-1 a la Real Sociedad en febrero, el equipo enderezó el rumbo a tiempo. Y hasta acabó pletórico: cuatro victorias seguidas en casa dieron la opción de pelear la plaza de Conference League en Mendizorrotza. Aquel 1-1 en el último partido dejó a Osasuna fuera, pero a solo un gol de volver a Europa. El puesto se lo quedó el Rayo Vallecano.

Visto en perspectiva, quizás no fue una mala noticia. Y es que al nuevo Osasuna de Alessio Lisci le ha costado arrancar en Liga. El romano llegó desde orillas del Ebro, donde hizo volar al Mirandés casi hasta Primera, con un objetivo diferente al que se había encargado a Moreno doce meses antes: revolución y no reforma. El técnico valenciano lo había intuido a tiempo y se despidió con elegancia para marchase a Qatar.

Como apuntó Rubén García, Lisci llegó «con el cuchillo entre los dientes», dispuesto a implantar un estilo moderno (permutas constantes, presión alta, defensa adelantada...) que no ha encajado en una plantilla demasiado veterana.

A medida que ha simplificado el planteamiento, Osasuna ha mejorado y acaba el año en puntos de salvación. Las buenas noticias en el campo, Víctor Muñoz, Rosier y Osambela. Fuera de él, la ampliación de Taxoare: 18 millones para reforzar la cantera. Sabalza seguirá cuatro años para poner esa guinda a una década que sigue dulce.