11 MAR. 2014 PAPEREZKO LUPA Andan entre tinieblas Maite SOROA msoroa@gara.net Hoy se cumple el décimo aniversario del 11M, una jornada que todas vivimos con un nudo en la garganta que no pudimos desatar en semanas. Más 190 muertos en Madrid y dos más en Euskal Herria por culpa de quienes pretendieron instalar la falacia como verdad oficial. Y en eso siguen los más ultramontanos, con teorías conspiranoicas cuyo único fin es salvar la cara de los trapaceros. Ayer escribía Federico Jiménez Losantos en su «Libertaddigital», y el primer párrafo es suficiente para calibrar de qué pasta están hechos algunos. Lean, lean: «Han ganado los terroristas. Han ganado los asesinos. Han ganado las cloacas del Estado, sin limpiar desde tiempos de Carrero. Han ganado los policías que destruyeron las pruebas. Han ganado los jueces que no han querido indagar nada, y si se han encontrado algo, han averiguado la forma de no verlo. Han ganado los fiscales que, a cambio de ascender horrores, han arrastrado por el fango el honor del Ministerio Público. Ha ganado el periodismo carcajoso y progreliendre, ese cerdito con nostalgia de jabalí. Ha ganado la casta política que consensuó la ley del silencio. Ha ganado la impunidad de los asesinos. Y ha ganado la conformidad de los asesinables. Diez años después, los pocos que hemos empeñado nuestro esfuerzo cívico y periodístico en averiguar qué pasó realmente el 11-M debemos rendirnos a la evidencia. No sabemos lo que pasó entonces, pero sabemos lo que desde entonces ha pasado: que a la inmensa mayoría de los españoles les da igual. Y el fruto de ese desinterés por el asesinato de doscientas personas para cambiar el Gobierno de España es ese silencio atronador, ese helado olvido, voluntario en los mayores, aprendido en los jóvenes, que la canalla política se ha permitido celebrar con flores. Es la corona fúnebre de la Justicia». ¿Ganar? No, ese día nadie ganó nada, muchos perdieron a sus seres queridos, y otros la vergüenza. Y no la han recuperado. Añade el incendiario periodista que «muchos creen (...) que la crisis terminal que vive España arranca el 11-M y sigue desde entonces una línea perfectamente clara, nítidamente marcada y aparentemente inexorable», y concluye diciendo que «por eso, por todo eso, este aniversario del 11-M es el del triunfo de las tinieblas. Por eso, España es, diez años después, una nación a oscuras». Oscuro, muy oscuro, es lo que tiene ese charlatán entre ceja y ceja. Entre tinieblas dice; para tenebroso, él.