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¿Por qué protegen las cuentas de los poderosos?


El Gobierno español está cerrando el círculo de las reformas, aunque todavía quedan unas cuantas por llegar, como han pedido el FMI y la OCDE. En este momento, va a por los impuestos. Nos recortan los salarios, aumentan la precariedad, nos suben el IVA en los productos esenciales y ahora nos harán pagar más, aunque tendremos que escucharles, día tras día, que nos bajan los impuestos. Pura ficción malintencionada.

A la vista está la reforma fiscal en el Estado español, pero en la comunidad autónóma vasca, PNV, PSE y PP le llevan ventaja en los impuestos transferidos. La idea del Gobierno del PP y el tripartito fiscal encabezado por Urkullu es la misma: que quienes tienen más paguen menos. No es nueva la decisión. De hecho, PNV, PSE y PP lo llevan haciendo años y años. En la época de fuerte crecimiento (catorce años seguidos) antes del inicio de la crisis de 2007, decidieron rebajar los impuestos a los más ricos.

La idea que perseguía el tripartito fiscal es la misma que la del Gobierno de Rajoy y su consejo de sabios: que seamos los ciudadanos los que paguemos impuestos, mientras les perdonan a las grandes empresas, permiten la existencia de paraísos fiscales y no actúan contra el fraude fiscal.

La operación es sencilla. El Gobierno del PP, siguiendo los consejos de la elite empresarial, elevará la presión fiscal a costa de los trabajadores y por la vía del IVA, que perjudica en todos sus aspectos a las rentas del trabajo. La progresividad y la justicia fiscal empiezan por que pague más quien más tiene. Los empresarios pagan entre «cero y nada», lo dice un experto en esta materia como es el catedrático Ignacio Zubiri.

Todos los años, por otro lado, vemos que los empresarios declaran en la renta entre 7.000 y 8.500 euros menos que los trabajadores; sin embargo, las haciendas miran a otra parte. No actúan, porque no quieren importunar al poder. ¡Ya está bien!

En Hego Euskal Herria, con una presión similar a la europea, habría en las arcas públicas más de 5.000 millones y otros 4.500 millones si se termina con el fraude fiscal. Es casi el presupuesto de la CAV, que está desaparecido en los bolsillos de los que más tienen. ¡Acabemos con esto!