Extrapolando o no, con satisfacción

Vaya, vaya. En apenas cinco días, por aquí y por la Europa entera, quien más o quien menos ha extrapolado los resultados de las elecciones al Parlamento de Estrasburgo, ya sea para arrimar el ascua a su sardina o para lanzarla contra el velamen de las naves de sus adversarios.

Claro que no todo el mundo se toma en serio esta técnica y hay quien, más que jugar con los datos electorales, lo que hace es mostrar una bipolaridad, a mi juicio, patógena. Juzguen ustedes también a este par de ejemplares políticos del PSOE: «Seríamos primeros en Donostia en las municipales con IU y con Podemos», por Ernesto Gasco, edil no electo directamente -corrieron la lista para hacerle un hueco en el salón consistorial tras la estampida de Odón Elorza- y exviceconsejero del Gobierno de Lakua con Patxi López gracias al pacto PSE-PP. «Sería una catástrofe que prendieran alternativas bolivarianas influidas por algunas utopías regresivas», referencia a Podemos de Felipe González, autor de regresiones no ficticias como prometer que su partido iba a nacionalizar la banca y no iba a permitir que España entrara en la OTAN; además, a FG -a quien muchos igualan a X para despejar la fórmula de los GAL- le corresponde el mérito de perseguir, detener y encarcelar a decenas de miles de insumisos.

Ahora voy a ser yo el que cambie de polo magnético. No comparto esa tendencia a ver la botella medio vacía cuando nos sonríen los resultados, ya sea con el clamor que provocan decenas de miles de votos o con el runrún de los escuetos porcentajes. Me basta acordarme de quienes ya no están entre nosotros para que se me salten las lágrimas de alegría -triste alegría sí, pero sin ápice de pesimismo, sin peros que valgan, sin sombríos augurios a la vuelta de la esquina-. Si hemos vuelto a lograr el objetivo, hay que celebrarlo y acumular nuevos ánimos para que en la próxima cita con las urnas haya más papeletas con nuestros colores.

Y a quienes les haya roto los esquemas ver que EH Bildu sigue al frente de la Diputación de Gipuzkoa o que el pasado domingo fue primera fuerza en Araba, les pido que se aparten un poco y dejen de hacer tanto ruido, para que les resulte más fácil comprender por qué hay tanta gente satisfecha con lo que está haciendo y con lo que está pasando. ¡Es tan fácil!