Despachando campeones

Tres grandes nombres del fútbol mundial, tres campeones, tres selecciones con estrellas de la talla de Andrea Pirlo, Luis Suárez y Wayne Rooney: Italia, Uruguay e Inglaterra. Todas ellas encuadradas en un Grupo D del que tanto se había hablado, del que se decía era `el grupo de la muerte'. ¿Qué campeón del mundo se iría a casa a las primeras de cambio? Era la pregunta que no sólo se hacía la prensa local. El hecho de que hayan sido dos es la segunda mayor sorpresa de este Mundial por detrás de la eliminación de España. Y es que ha sido precisamente el combinado de Costa Rica quien se ha ganado a pulso la primera plaza de este grupo. Con garra, decisión y una gran dosis de confianza se han presentado los Ticos en el campeonato. Su capitán Bryan Ruiz dijo antes del Mundial: «Todos hablan del resto de equipos de nuestro grupo, como si nosotros estuviésemos ahí por casualidad. Dan por sentado que nos van a ganar sin problemas. Que se anden con mucho cuidado, porque podemos sorprender a mucha gente». El centrocampista representa a toda la selección costarricense. Procede de un barrio pobre de la localidad costera de San José, donde se crió sólo con su madre, desde muy pronto aprendió a sobreponerse a las adversidades y a no tirar nunca la toalla. En octavos de final, los Ticos se enfrentarán a Grecia, que se clasificó para la siguiente fase con un gol de penalti en el último suspiro. A estas alturas, Costa Rica no tendrá que lidiar con campeones del mundo, sino que deberá superar un reto aún mayor: tumbar la férrea defensa helena.