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TOUR | Marcel Kittel logró su tercera victoria al sprint tras remontar a Kristoff

Froome, tocado antes del pavés

Sky trasmitió que el ganador del último Tour está bien y no sufre lesiones, pero su muñeca tocada no le ayudará en el día más difícil.


Chris Froome sufrió una caída en el comienzo de la cuarta jornada -en la que Kittel logró su tercera victoria- que le obligó a completar la etapa magullado con la parte izquierda de su cuerpo tocada y una férula en la muñeca como precaución.

Froome pudo acabar la etapa en el pelotón sin problemas, las radiografías que le realizaron al término de la etapa descartaron la existencia de una lesión y el máximo responsable del equipo trasmitía que su líder se sentía físicamente bien. Pero la caída llega en el peor momento para el hombre más fuerte de los dos últimos Tours porque no hay nada peor para una muñeca tocada y para un cuerpo magullado tras una dura caída que los quince kilómetros de pavés que presenta la etapa de hoy.

A Froome parece haberle abandonado la fortuna que le ha acompañado en las últimas temporadas y tampoco tiene la misma lucidez. Porque la caída de ayer fue un error suyo al hacer el afilador con su rueda delantera con el corredor que le precedía. Froome cayó al suelo y se levantó con rapidez, pero el golpe se suma a todos los problemas que ha sufrido esta temporada. Una lesión de espalda le impidió tomar la salida en la Tirreno, una infección le hizo perderse la Lieja y en la Dauphiné una caída antes de las etapas de alta montaña le dejó sin opciones de mantener el liderato.

La etapa más temida

Tras su caída, Froome temerá en mayor medida la etapa más complicada que deberán afrontar todos los favoritos en un terreno hostil como es el pavés en los 155 kilómetros entre Ypres y Arenberg Porte du Hainaut. Más de 15 de los últimos 87 serán sobre el adoquinado repartidos en nueve tramos. El más largo será el penúltimo de 3,7 kilómetros, que llega a quince de meta, y el último de Wallers (de 1.600 metros) se superará a seis.

A las complicaciones del pavés se sumarán unas condiciones climatológicas adversas porque se espera una lluvia intensa y trece grados de temperatura en el momento en el que el pelotón se someterá al stress de los adoquines. Ninguno de los corredores que disputa la general del Tour acude a las clásicas del pavés y por eso no están habituados a manejarse en él. Por eso a la falta de hábito se sumará la tensión con la que disputarán los favoritos una etapa en la que todos temen que algunos quedarán fuera de carrera.

Unas bajas que se sumarían a las dos que se registraron ayer. Andy Schleck no pudo tomar la salida como consecuencia de la caída sufrida el lunes que le afectó al menisco y Greg Henderson, el lanzador de Greipel en el Lotto, tuvo que abandonar tras sufrir una herida importante en su rodilla tras acabar en el suelo mientras el pelotón preparaba un sprint en el que Kittel reiteró su superioridad.

Una jornada sin sorpresas

Porque la cuarta etapa siguió el guión previsto. Lo único reseñable, al margen de las caídas, fue la sorprendente presencia de un corredor como Voeckler (Europcar) en una escapada que no tenía muchas esperanzas de llegar porque solo tuvo a Maté (Cofidis) como compañero.

Los dos se fugaron en el primer kilómetro de etapa y no pudieron tener más de tres minutos y medio de ventaja. Además el del Europcar se quedó en solitario a falta de 55, cuando solo tenía medio minuto al pelotón. Hubo un momento de tensión en el que se quedaron cortados corredores como Haimar Zubeldia, pero pronto volvió la calma al pelotón y la ventaja de Voeckler aumentó hasta 1.35.

Entonces los equipos de los sprinters aceleraron para cazarle a 18 kilómetros de meta, pero sin terminar de controlar una llegada a la que Giant llegó con menos efectivos que la víspera. Fue Katusha el que dejó a Kristoff con ventaja, pero Kittel tuvo la fuerza suficiente para recuperarla y lograr su tercera victoria en las cuatro etapas disputadas y quedar a una sola de igualar las que consiguió el año pasado.