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62 EDICIÓN DE ZINEMALDIA

Cosechas extraordinarias


Como cada año no están todos los que son pero sí son todos los que están. El catálogo Kimuak se proyectaba hoy, en pase privado, y su selección, algunos de los cortometrajes más interesantes realizados por directores vascos, exhibía la mejor cosecha en corto del 2013: «Hubert Le Blon-en azken hegaldia», de Koldo Almandoz; «Soroa» de Asier Altuna o «Zarautzen erosi nuen» de Aitor Arregi entre muchos otros. Distanciándose de las propuestas arriesgadas a las que nos tienen acostumbrados los «cortometrajistas», cosa que agradecemos, ayer se presentaba en sección oficial a concurso una de esas películas que no exigen demasiado al espectador pero que le dejan satisfecho. Lejos de la estridente puesta en escena de «The Equalizer», el largometraje «La isla mínima» de Alberto Rodríguez, ha sido muy bien acogida por la crítica. Claro en sus planteamientos, el director sevillano traza de un modo minimalista una trama bien engarzada al mismo tiempo que explota visualmente los recursos del paisaje (y paisanaje) de Doñana, mediante planos cenitales que aportan secuencias de una belleza notable. Tejiendo una historia sencilla, cercana a todos los elementos básicos del cine negro, Rodríguez realiza en esta película una brillante labor de dirección, sobria y elegante, rozando el perfeccionismo. Y si hay una sección que difícilmente decepcione, esa es Perlas, donde los cinéfilos en busca de «joyas» avaladas por la marca de otros festivales pueden encontrarse con bellezas como «La sal de la tierra» de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado. El documental sobre la vida y obra del fotógrafo Sebastiao Salgado es uno de los imprescindibles de este año, es parte de la esa cosecha extraordinaria y no demasiado visible en las salas comerciales.