21 SET. 2014 62 EDICIÓN DE ZINEMALDIA Lo complicado de construir una nueva identidad de género Enviudar, ser transexual y seguir teniendo una orientación heterosexual. François Ozon llega a Donostia con «Une nouvelle amie», película en la que ahonda en la complicada construcción de una nueva identidad, los prejuicios a superar y la lucha contra unos estereotipos que no siempre siguen un mismo patrón. Ariane KAMIO DONOSTIA La sociedad en la que vivimos está arraigada en un sistema patriarcal, en el que, en el ámbito de las relaciones, el patrón heterosexual es el ejemplo a seguir todavía en la mayoría de las ocasiones. Las relaciones homosexuales vienen abriendo caminos e incluso llegan a estar amparadas legalmente en varios países. Esta apertura, no obstante, se topa con un gran dique social cuando se habla de la transexualidad. Más si cabe, cuando se trata del caso de una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre y que, lejos de los tópicos, sigue sintiendo atracción por las mujeres. En 2012 François Ozon salió glorioso de Zinemaldia con su «Dans la maison» y en la jornada de ayer, pistoletazo de salida de la competición oficial, presentó en Donostia una película que ya comienza a tocar la puerta del palmarés. Quizás sea mucho decir, pero la nueva hornada del cineasta francés sorprendió, y muy gratamente. David (Romain Duris) acaba de enviudar de su mujer Laura, que ha fallecido tras una larga enfermedad. Se queda solo con su hija de 6 meses, aunque en su duelo contará con la fiel compañía de la mejor amiga de su esposa, Claire. Leyendo la sinopsis inicial de la película, nada hace indicar que «Une nouvelle amie» pueda desencadenar en una obra que entrelace tantas emociones, dudas y estereotipos. Lo cierto es que David es una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, aunque al principio se presente como una persona que de vez en cuando le guste disfrazarse de una persona de su sexo opuesto. Sin embargo, según se desarrolla la trama, el propio personaje descubre cómo es un deseo vital en sí mismo, y ve a Claire como la única persona que puede ayudarla en emprender su nuevo camino. Con cosas tan cotidianas como salir de casa o ir a un centro comercial de shopping, François Ozon pone el acento en la construcción de una nueva identidad y, más allá de ello, en el miedo a exteriorizar los sentimientos más profundos. En definitiva, en derribar los estereotipos y prejuicios que aún hoy día permanecen intactos en la sociedad. El propio Ozon reconoció en la rueda de prensa posterior a la presentación del film que escribió el guion justo cuando el Estado francés legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Aquella decisión provocó manifestaciones multitudinarias convocadas por la ultraderecha francesa que reclamaban a la «familia tradicional» como único modelo a seguir. El cineasta francés, según declaró, no intenta hacer pedagogía entre la ciudadanía, aunque sí reconoce que su film puede ser un instrumento apropiado para mostrar a ciertas personas la complejidad de crear una nueva identidad. «Es una película popular, que pretende llegar a la gente», señalaba. Ozon puso en duda hasta qué punto la ley por el matrimonio homosexual defendía los derechos del colectivo, por lo que trató de «intentar llegar a un gran público, para que la gente entienda lo complicado que es ser una pareja diferente respecto a una familia típica». El film, sin embargo, no se encuadra en un drama integral. También lo reconoció el propio director: «Hay un aspecto melodramático en la película, pero me gustaba que la comedia estuviera ahí. Me gusta mezclar géneros y desestabilizar al espectador; que de repente riamos o que nos sintamos atemorizados o que lloremos», explicó. La caracterización de Romain Duris es una de las claves de «Une nouvelle amie». En la piel de David, el actor juega un doble papel a lo largo de toda la película. Pasa de ser un hombre totalmente tradicional a una mujer atrapada en el cuerpo de un varón. Un inicial «travesti torpe», que no es capaz de pintarse los labios, va desarrollando diferentes facetas durante la trama, aprendiendo a «feminizarse», y convirtiéndose en una mujer que desea mostrar sus piernas en público y quiere exteriorizar todo aquello que ha escondido a lo largo de su vida. Duris hizo hincapié en «la parte femenina que hay dentro de mí» y «ver la evolución que ello traía consigo». Aseguró que el factor físico fue «clave». Junto a él completan el reparto Anaïs Demoustier, en el papel de Claire, y Raphael Personnaz, que interpreta a David, el marido de Claire. Como anécdota, cabe destacar que Personnaz y Demoustier concursaron en la pasada edición de Zinemaldia con «Quay d´Orsay», una película de Bertrand Tavernier. En ese caso, los papeles de ambos fueron totalmente diferentes. Demoustier fue una de las secundarias como la prometida de Personnaz, mientras que «Une nouvelle amie» es ella la que recobra mayor protagonismo.