Osasuna está obligado a hacer de la necesidad, virtud, en un partido en el que solo dispondrá de once fichas profesionales después de que la Federación no aceptase la propuesta rojilla de retrasar el encuentro. Sea como fuere, la escuadra navarra no se encuentra en un momento como para escudarse en lamentaciones, después de encajar dos derrotas consecutivas frente a Lugo y Racing.

Los de Jan Urban necesitan cuanto antes firmar un buen resultado para evitar así caer en una espiral negativa de la que resultaría bastante complicado salir. Un nuevo tropiezo metería a Osasuna en serios problemas clasificatorios y horadaría parte de la confianza que hasta ahora hay depositada en el cuadro técnico capitaneado por el preparador polaco.

Solo un triunfo casero

Tampoco es que el Alcorcón esté para echar cohetes -solo ha ganado un envite en su estadio, al Leganés-, un conjunto que hasta el momento se ha mostrado mucho más peligroso lejos de su feudo que actuando como anfitrión. Los rojillos deberían aprovechar esa irregularidad casera de los madrileños para recuperar confianza en forma de marcador positivo.

Las novedades más importantes que puede presentar el once son la presencia de Unai García en el lateral diestro y de De las Cuevas en el pivote. La primera tiene muchas posibilidades después de que el propio técnico reconociese que le gustó cómo jugó el joven valor en el costado derecho de la zaga durante el amistoso de entre semana. En cuanto a la segunda, el preparador polaco también dio ciertas pistas al asegurar que el futbolista alicantino «tiene suficiente calidad como para jugar muy cómodo en ese puesto, donde hay menos presión que en las posiciones de ataque».