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HEMEROTEKA

9-N, «Escolta, Espanya»


(...) Es cierto que esta consulta «alternativa» no ha sido la que, por culpa del gobierno y del Tribunal Constitucional, estaba prevista inicialmente con todas las garantías democráticas y que ha contado con el boicot de fuerzas y sectores sociales catalanes partidarios del doble No. Pero también lo es que el grado de participación alcanzado (2.305.290 personas) y el eco mundial que ha obtenido este acto «ilegal» no tienen precedentes en Europa. Todo esto le da un valor simbólico enorme y obligará sin duda a que sea materia obligada dentro de la agenda de la Unión Europea, pese al autismo que sigue mostrando el gobierno de Rajoy, ya que se ha convertido en un factor añadido de inestabilidad política y de «prima de riesgo» en la eurozona.

(...) Esperemos, pues, que las nuevas fuerzas ascendentes en el Estado español sepan escuchar esta vez el mensaje que llega desde Catalunya y se comprometan, ya desde ahora, a reconocer no solo la realidad plurinacional de este Estado sino también a apoyar lo que allí se decida. En todo caso, la historia también nos enseña que incluso esas promesas, como ocurrió con Azaña y los republicanos españoles en la II República, primero, y luego con el PSOE y el PCE en la «Transición», pueden verse incumplidas en nombre del «sentido común» dominante (o sea, de lo que digan los «poderes fácticos» de ayer y de hoy). Por eso la única garantía de que el movimiento soberanista-independentista no se vea de nuevo defraudado es que siga adelante en su desafío democrático, desbordando cuando sea necesario el marco de la legalidad vigente y buscando la convergencia con los pueblos del Estado español que también están reclamando su derecho a decidir y su soberanía. En ese camino esperemos que también puedan librarse del control que sobre ese movimiento va a querer ejercer una CiU dispuesta a «refundarse», queriendo así hacer olvidar que también sus dirigentes forman parte de «la casta» corrupta y han estado en la vanguardia de las política neoliberales.