El Eibar proyecta la transformación millonaria de Ipurua

«Ipurua Tallarra». Es el plan monumental en el que quiere embarcarse el Eibar. Un proyecto «multidisciplinar», que va «mas allá del fútbol» y que, de llevarse a cabo, acarreará la transformación total de Ipurua.

Supondrá una inversión colosal. 21 millones de euros, que el club en ningún caso podría abordar en solitario. Explicó Álex Aranzabal a este respecto, que los preparativos del proyecto arrancaron hace dos años, que las conversaciones están avanzadas en muchos casos y que la participación institucional -no solo pública, también apeló a instancias deportivas- tienen visos de hacerse realidad. En lo que respecta al mantenimiento posterior de las nuevas infraestructuras, que en el mejor de los casos estarían concluidas en septiembre de 2017, aseguró que según el plan de viabilidad que maneja el club, del que no ofreció detalles, el estadio sería «autosuficiente».

No es poca cosa, teniendo en cuenta lo ambicioso del proyecto. Que se ha querido enraizar con la tradición innovadora y emprendedora de la localidad desde su mismo nombre, «Ipurua Tallarra». El mundo de la empresa, de hecho, tiene su lugar en este proyecto, que sus impulsores catalogan de «multidisciplinar» y que pretende convertir Ipurua en «un espacio adecuado a las necesidades deportivas, formativas y culturales, actuales y futuras; un punto de encuentro de la innovación, el conocimiento, la cultura, los valores y el deporte, único en el Estado y en la Liga».

A efectos prácticos, eso se traduce en un plan con varios ejes fundamentales. Empezando por la creación de un centro de formación e innovación en el deporte, donde se contaría con la participación de universidades y profesionales de prestigio o clubes de referencia a nivel internacional. Sería también el primer proyecto en ponerse en marcha, a partir del próximo verano cuando concluyan los trabajos de la Tribuna Norte, con cursos de entrenadores y de gestión, marketing, comunicación o planificación estratégica en el deporte. También se pretende convertir Ipurua en un punto de encuentro de empresas, así como en un centro de creación cultural, con espacio para el trabajo en común, conferencias o exposiciones.

En otro plano, se aspira a la transformación de toda la zona, bajo un prisma «moderno y sostenible», que genere un «nuevo espacio urbano amable», que contribuya a «mejorar el problema de aparcamiento» y que regenere el barrio de Ipurua, «mediante un corredor verde-ocio-cultura desde el polideportivo (ubicado en el otro extremo de la manzana) hasta el estadio». Consideran desde el club, que el Eibar podría ejercer de esta manera de «empresa y motor económico», generador de «actividad económica y puestos de trabajo, tractor de la economía local y comarcal», aunque creen que la política de alianzas debe superar este ámbito y confían en la «implicación de las instituciones y organismos deportivos». En este sentido, reclaman que el desarrollo del territorio no se centre en proyectos en las capitales y se avalen también «en otras zonas como Eibar y no solo en proyectos de interés local, sino también general, como es este».

A todo ello, lógicamente, se le unen los objetivos estrictamente futbolísticos, que pasarían por el aumento del aforo en 3.619 localidades, la construcción de un nuevo campo de hierba natural, de las mismas dimensiones que Ipurua, para entrenamientos del primer equipo y diferentes actividades formativas, una mejor accesibilidad al estadio o la dotación de nuevos y variados servicios.

Cinco fases

Todo ese ideario se traduce en una transformación radical de Ipurua, que no solo cambiaría de aspecto, sino que aumentaría considerablemente sus dimensiones -6.620 metros cuadrados de instalaciones deportivas, 9.332 metros cuadrados subterráneos para aparcamientos, 2.845 metros cuadrados para diferentes actividades-, al incorporar terrenos aledaños para las infraestructuras.

Los trabajos se desarrollarían en cinco fases, aunque Álex Aranzabal reconocía ayer que si la primera puede darse por hecha y hay muchas posibilidades de que la segunda también salga adelante, «habrá que trabajar mucho mucho para desarrollar las otras tres».

La primera fase, de hecho, ya se está ejecutando y concierne a la Tribuna Norte, que deberá estar lista para el mes de julio, aunque el club confía en que pueda concluirse antes. Supondrá el incremento de aforo en 1.230 localidades, la dotación de algunos servicios y la puesta en marcha de la primera fase del centro de formación e innovación para el deporte, con la habilitación de varias aulas.

La segunda fase, que se prolongaría hasta junio de 2015, afectaría a la Tribuna Este. Se remodelaría por completo y se traduciría en 1.015 nuevas localidades y la habilitación en su zona baja del museo del club, la tienda oficial y un restaurante.

La tercera fase se centra en la Tribuna Oeste, que también se remodelaría por completo, para pasar de 1.022 a 2.083 asientos e incluir en la planta baja nuevos espacios. Concluiría en septiembre de 2017 y se llevaría a cabo de forma simultánea con la cuarta fase. Posiblemente la más ambiciosa dentro del proyecto, ya que incluiría la compra del terreno anexo, ocupado por un convento, donde se habilitarian dos plantas subterráneas con 280 plazas de aparcamiento. En la superficie de ese mismo terreno se desarrollaría la quinta fase del proyecto, que también concluiría en septiembre de 2017, con la construcción de un campo de entrenamiento de hierba natural de las mismas dimensiones que el actual terreno de juego de Ipurua.