El cambio en el plan de trabajo, haciendo que el entrenamiento de ayer en Zubieta fuera a puerta abierta en vez de la sesión a puerta cerrada programada en un principio por David Moyes, permitió que una gran cantidad de aficionados -familias con chavales pequeños en su mayoría- se acercaran ayer a las instalaciones de la Real para presenciar la sesión y animar a los jugadores desde la grada.

Un entrenamiento cuya principal noticia fue la ausencia de bajas. Y es que, por primera vez desde que comenzó la pretemporada, y si no hay malas noticias entre hoy y mañana, todos los jugadores podrán estar en condiciones de ser convocados por Moyes. Una auténtica proeza si tenemos en cuenta que todos los miembros de la plantilla, salvo Granero y Rubén Pardo, se han perdido al menos un partido de competición.

La recuperación paulatina de jugadores que se ha producido en las tres semanas anteriores, cuando dejaron de estar de baja hombres como Carlos Martínez, Mikel González, David Zurutuza, Markel Bergara o Sergio Canales, se ha culminado con la vuelta a los entrenamientos de su gran estrella, Carlos Vela, que entrena ya como uno más con el resto del grupo.

No obstante, la duda ahora es, conociendo la metodología de recuperación establecida por el técnico escocés, si el mexicano juega el domingo ante el Córdoba o pospone su reaparición alguna jornada más. Desde la llegada del nuevo entrenador, el alta médica precede entre dos y tres semanas al alta deportiva, ya que quiere a sus jugadores fogueados físicamente en los entrenamientos. Si cambia de intención, la afición podría disfrutar del talento de Vela en Anoeta casi dos meses después.

Competencia para la recta final

La recuperación de los jugadores lesionados, unida a la tranquilidad clasificatoria que han dado las tres victorias logradas en las cuatro últimas jornadas, hace también que en el tramo final de la Liga la competencia se anuncie feroz de cara a los dos últimos meses y medio de competición. Todavía más si David Moyes cumple con su intención de aprovechar esa recta final para poner a prueba a algunas de las promesas del Sanse con el primer equipo.

Esa txanpa final también puede ser importante para el futuro de los cuatro jugadores que acaban contrato en junio. De momento, los que más complicado lo tienen son un Dani Estrada inédito, que abandonará el club con seguridad, y un Gorka Elustondo que no ha entrado demasiado en los planes de Moyes.

Más opciones de seguir puede tener el portero Eñaut Zubikarai, que puede ser un suplente de garantías si Rulli sigue en el equipo, a la espera eso sí de lo que suceda con el joven del Sanse Bardají. Y más todavía Jon Ansotegi, que por las lesiones de Mikel González ha acabado jugando muchísimos partidos esta temporada a buen nivel.