
Hace cinco años, tres eran las fuerzas principales en liza. El PS y la UMP, las más poderosas, y los centristas de MoDem. EHBai aparecía ya como una referencia en el mapa político, por encima del atomizado resto electoral.
Cinco años después, los abertzales, con alrededor de 11.000 votos, son tercera fuerza, por delante de los centristas. Dos son los motivos para ello: que la coalición soberanista ha seguido creciendo y, sobre todo, que la hasta ahora tercera fuerza se ha desplomado estrepitosamente.
El aumento de voto de EHBai tiene un valor añadido si se tiene en cuenta que la abstención ha sido sensiblemente mayor que hace cinco años y que de la coalición se había desgajado EA, que apostó por concurrir en esta primera vuelta con Europe Ecologie-Verdes.
Asimismo, el voto abertzale tenía la opción del PNB, que no se presentó hace cinco años. En esta ocasión, los jeltzales han obtenido cerca de 1.500 votos.
El descalabro del Modem solo pudo ser mitigado en la 4ª circunscripción, compartida por cantones vascos y bearneses, y donde compite el diputado centrista Jean Lassalle, que se enfrentará en segunda vuelta a Fraçois Maitia, del PS.
La lectura sobre los resultados de este domingo tiene su gran foco en la pugna entre los dos grandes partidos. En Euskal Herria, el PS ha aprovechado el tirón que arrancaba desde las presidenciales de mayo, y se ha impuesto en dos de las tres circunscripciones. La UMP solo ha ganado en la sexta, pero ahí también ha sufrido una gran bajada.
Así, la segunda vuelta se celebrará en las tres circunscripciones, entre dos candidatos en cada una de ellas. No ha habido opciones para ninguna triangular.

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