
Tras cinco subcampeonatos del mundo consecutivos en esta especialidad, la holandesa Marianne Vos tenía una deuda consigo misma en esta modalidad y se ha tomado su revancha personal bajo el diluvio en la llegada en The Mall, junto a Buckingham Palace.
La holandesa había logrado todo en su dilatada trayectoria, tanto en pista, ciclocross y hasta ruta, menos el oro olímpico en esta última modalidad.
En Pekín 2008 entró en el Olimpo, pero lo hizo en la pista, al ganar la prueba a los puntos. Desde que en 2002 comenzó a despuntar y a obtener triunfos importantes no ha parado de saborear las mieles de los grandes podios.
Ya en 2004 se proclamó campeona mundial júnior de ruta, y, al ser tan completa, compatibilizó dicha especialidad con el ciclocross y la bicicleta de montaña incluso, con magníficos resultados, así como con la pista.
En 2006 fue campeona universal de ciclocross y de ruta, aunque a partir de ahí los mundiales de esta última se le han resistido (no así los de campo a través) y ha vivido una especie de maldición con cinco segundos puestos.
Por eso en Londres 2012 lo tenía señalado en rojo para reinar como las grandes y relevar en el palmarés a la británica Nicole Cooke, presente también en esta prueba.
Vos no se iba a consentir a sí mismo un nuevo segundo puesto. Su único objetivo era el oro, y lo ha ganado en un esprint furibundo en el que ha podido con Armitstead, en tanto que Zabelinskaya, mucho menos veloz, ha renunciado y se ha conformado con el bronce.

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