
Alubias, manzanas, pimientos, guindillas, miel, lácteos, txakoli... La lista es interminable, y resulta difícil decidirse ante semejante despliegue de productos de calidad; pero el día es largo, y todo el mundo podrá volver a casa con la cesta llena.
Aunque los puestos se abrirán a las 10.00, comerciantes y organización estarán listos con varias horas de antelación, ya que el jurado de la feria, formado por técnicos contrastados del sector primario, pasará por cada puesto desde las 8.30 y analizará cuidadosamente los productos de este año para decidir quién se llevará los diversos premios que se entregarán a las 14.00 en la plaza de Mercurio.
El sabor o el aroma no serán los únicos factores que evaluará el jurado a la hora de elegir las mejores hortalizas, la fruta más fresca o el queso más sabroso. El aspecto, la presentación o la textura son también elementos a tener en cuenta. Se repartirán varios premios, dependiendo de cada categoría. Así, el jurado otorgará un único premio en cada una de las secciones de hortalizas, frutas, plantas y miel; tres en la categoría de quesos; y otros tres en la sección de txakoli (uno por cada variedad: blanco, tinto y ojo de gallo).
Uno de los galardones que más interés despierta es el otorgado al mejor queso, ya que posteriormente tendrá lugar la tradicional subasta. El año pasado el vencedor fue Jesús Mari Ansola, del caserío Mausitxa. El restaurante Katxi (Morga, Bizkaia) pagó luego 6.200 euros por el queso vencedor; un precio elevado, sin duda, pero alejado de los 9.000 euros que se pagaron en 2010.
Y es que la crisis no perdona, no solo en lo que respecta a la subasta de quesos, sino a las ventas en general. A la gente le cuesta cada vez más sacar la cartera, aunque los productos sean de máxima calidad. «La gente viene a Gernika a quedar con los amigos, tomar algo, pasear por los puestos, almorzar... pero muchos no compran. Da pereza volver al coche con las bolsas llenas», explica una veterana vendedora de hortalizas.
El ambiente eminentemente festivo que se respira cada año en Gernika esta jornada puede atraer a muchos visitantes, pero a veces no se refleja en unas mayores ventas. No obstante, sigue habiendo muchas personas que, cuando se habla de productos de nuestra tierra, no se fijan en el dinero. «En cuanto a sabor, no hay nada mejor que esto; si pagas, a cambio te llevas calidad», opina un visitante habitual de la feria. La calidad se paga, y en Gernika, durante todo el día de hoy, tendremos de sobra.

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