El ataque, que ha dejado una veintena de heridos, ha ocurrido en el popular barrio de Lyari y ha sido perpetrado con una motocicleta bomba activada por control remoto cuando el público salía del estadio, según ha explicado un responsable policial de la zona, Salim Marwat.
«Los niños fallecidos tenían entre 10 y 13 años y estaban jugando al fútbol en una calle anexa al estadio cuando el artefacto estalló cerca de ellos», ha detallado Marwat. El atentado ha ocurrido a las 2.00 hora local. Algunos medios locales elevaron a once el número de muertos.
Otro responsable de la Policía de Karachi, Tariq Dharejo, ha declarado al canal local Geo que el objetivo del ataque, que aún no ha sido reivindicado, era un miembro del Gabinete regional, Javed Nagori, que resultó ileso. El atentado en el estadio de fútbol ha llegado después de que se produjeran otras cuatro explosiones sin víctimas en varios puntos de Karachi, la ciudad más poblada del país con cerca de 20 millones de habitantes.