
«La primera cuestión que hay que plantearse no es si debe o no haber voto, sino si se usaron armas químicas o no, y si el responsable fue o no fue Bachar al Asad», ha señalado el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, cuyo Gobierno tiene clara sin embargo la culpabilidad del régimen sirio. De hecho, Ayrault ha asegurado que el Estado francés está preparado para actuar, pero ha reconocido que no puede hacerlo en solitario y que aboga por una coalición.
Ayrault ha argumentado que para alcanzar una solución política es necesario primero frenar al Gobierno sirio, porque «"qué interés tendría para Al Asad negociar mientras crea que puede liquidar a su oposición con métodos que siembran el terror y la muerte». «La pasividad no puede ser una opción», ha apostillado el jefe del Ejecutivo.
«Si no hay aval de las Naciones Unidas, el presidente no puede tomar esa decisión sin que el Parlamento se pronuncie. La Constitución no le obliga, pero tampoco se lo impide», ha replicado desde la oposición el jefe del grupo parlamentario de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) en la Asamblea Nacional, Christian Jacob.
«Francia siempre ha optado por la legalidad internacional (...). ¿Podemos plantearnos intervenir sin pruebas irrefutables?»", se ha preguntado el presidente de la Unión de Demócratas e Independientes (UDI), Jean-Louis Borloo, quien ha instado a esperar las conclusiones del informe de la misión de la ONU.
El presidente de la Izquierda Demócrata y Republicana (GDR), André Chassaigne, ha llamado a no ceder ante «la tentación de la guerra y a la aventura militar», con la creencia de que esa intervención «no va a poner fin a la barbarie».
También ha habido quien, más allá del debate sobre una votación, ha hecho hincapié en que la decisión de actuar queda en manos no ya de Hollande, sino del Congreso estadounidense y del encuentro entre el presidente norteamericano, Barack Obama, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, en la cumbre del G20 en San Petersburgo. «Es una decisión que se nos escapa», ha sentenciado el diputado del Partido Radical de Izquierda (PRG), Paul Giacobbi.

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