Fernández ha hecho estas declaraciones en la primera sesión del juicio que se desarrolla en la Audiencia de Bizkaia contra él y contra su hermana Susana como responsables de la quiebra de la inmobiliaria Iurbenor y por un delito fiscal. También ha comparecido como imputado por supuesto cooperador necesario en un delito fiscal el expresidente del Athletic Fernando García Macua, que finalmente no será juzgado por ese delito y, por tanto, será absuelto. Macua sólo ha sido acusado por la acción popular ejercida por dos accionistas de Iurbenor, no por la Fiscalía ni por la acusación particular ejercida por la Diputación, por lo que se le aplica la jurisprudencia establecida en el «caso Botín».

Jabyer Fernández, que se enfrenta a una petición de 6 años de cárcel por parte de la Fiscalía –pide 4 para su hermana–, ha relatado que hasta 2009 tuvo una relación personal «de confianza» con Urkullu y con otros dirigentes jeltzales, a quienes pidió que intercedieran por él para lograr el aplazamiento del pago del IVA por la venta de unos terrenos correspondientes al fracasado proyecto inmobiliario Puerta Bilbao.

Iurbenor era la promotora inmobiliaria impulsada por Iurbentia y Fonorte (ambas sociedades del Grupo Afer) para el desarrollo del proyecto urbanístico Puerta Bilbao, asentado sobre los antiguos terrenos de Sefanitro en Barakaldo, en los que se pretendía levantar 2.000 viviendas. La operación no llegó a buen puerto y en enero de 2009  Iurbenor se vio obligada a vender su participación en estos terrenos a La Caixa y BBK por 359,6 millones de euros. De ese montante, 297 millones fueron retenidos por los compradores para cancelar las hipotecas asumidas con las entidades bancarias, lo que dejó un remanente de 64 millones.

La venta de los terrenos generó un IVA cifrado en 43 millones por la Diputación foral, cuyo aplazamiento de pago solicitó Jabyer Fernández y que le fue denegado por parte de la institución foral. La fiscalía responsabiliza a Fernández de haber llevado a la quiebra a Iurbenor al haber dirigido el dinero obtenido a otras empresas del grupo Afer.

Fernández ha declarado hoy que pidió «ayuda» al ahora lehendakari «en base a otros favores» que le había hecho a lo largo de su trayectoria, «de los que algunos son públicos y otros no». Además, ha asegurado que se escribió varias cartas con Urkullu y se citó con él en la playa de La Arena para charlar «largo y tendido», y que también mantuvo encuentros con otros dirigentes del PNV como Andoni Ortuzar –sucesor de Urkullu al frente del EBB– y Joseba Aurrekoetxea, durante los cuales le aseguraron que podía estar tranquilo porque iban «a hacer su trabajo» para lograr ese aplazamiento del pago que hubiera permitido sacar adelante otras de sociedades de su grupo empresarial.