Pese a insistir durante los dos últimos meses en que la ruptura de la disciplina de voto sería castigada con la expulsión del Grupo Parlamentario, la dirección del PSC ha decidido este martes recular y suavizar el castigo a los tres diputados que el pasado jueves, en contra de las directrices del partido, apoyaron la proposición de ley para solicitar al Congreso la competencia para convocar referéndums.
En la reunión que el Grupo Parlamentario ha mantenido esta misma mañana la dirección ha optado finalmente por apartar a los tres diputados díscolos –Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Núria Ventura– de sus funciones como portavoces del partido en varias comisiones parlamentarias, lo cual los convertirá en diputados rasos y repercutirá en el sueldo que reciben.
La dirección encabezada por Pere Navarro cede de esta manera a las peticiones que tanto críticos del partido como dirigentes habitualmente afines a las decisiones de la cúpula habían formulado en los últimos días, en el sentido de evitar medidas drásticas como la expulsión. Nada parece indicar, sin embargo, que la tensión dentro del PSC no vaya a reproducirse en posteriores votaciones sobre el derecho a decidir.